Hablan: que si falta esto, que si esto se hizo mal, que hay que reclamar; que si la Confederación Hidrográfica del Júcar, el gobierno de Comunidad Autónoma, el gobierno de la Nación; y todos relacionados con el Ayuntamiento en plan disperso.
¿No debería ser esto más sencillo?, y el ministerio de Medio Ambiente o de quien dependa dar la aprobación definitiva del Proyecto y las demás pates se conjunten con el único objetivo de que, con lo que se dispone (el medio natural), se resuelva de la mejor manera posible sin trabas ni cortapisas administrativas ni de recortes dinerarios; aprovechando ese paraje de la manera más eficiente (siendo respetuoso con él, sacarle el máximo partido).
¿Por qué contentos, por recepcionar la obra y por otra parte no estar satisfechos totalmente de ella?
Parece ser por lo que decían, que el embrollo sobre el plan inicial, viene causado por la reclamación ecologista de la conservación de la llamada laguna del Vínculo, para otros charco del Barrero. Que sea laguna o charco, el caso es que allí aparece una zona húmeda (características arcillosas del lecho… dicen). Ante la reclamación de no destruir las características de tal zona, la fiscalía de Medioambiente - según parece, se daba entender - lo pone de manifiesto para que se paralicen las posibles obras de convertir dicho paraje en vertedero de las tierras sacadas del lecho del pantano, y la Confederación determina cambiar el plan inicial por otro que no es del gusto del Ayuntamiento, por ser menos ambiciosos (al detraer los gastos de la conservación del humedal del Vínculo, se supone) y recortar la obra original.
Se oye en el coloquio que la Confederación opta por no complicarse y cambiar el plan, no vaya a ser que haya denuncia… [Esto, si es según dicen, me parece que es actuar con una ligereza increíble, porque lo que hay que hacer es examinar a fondo el lugar y darle la calificación correspondiente, si se diagnostica y resuelve que no merece la pena su conservación, pues adelante con todas las de la ley (¿por qué se van a temer las denuncias; no prosperarían, pues la oficina técnica o quienes lo han valorado, con competentes para ello, darían las mismas razones que les motivaron su decisión); y si merece el gasto de conservarlo, así se decide con todas las consecuencias, pero sin afectar a la obra mayor planeada, con las modificaciones precisas pero sin recortes que supongan un desperdicio del medio natural].
¡Pobrecito ese humilde charco (para los que así lo estiman), que llevará esa carga que no le echaron encima para dejarlo vivir!.
Una vez decidido cambiar el plan, debería haber contento por haberse considerado digno ese paraje de ser salvado y en lugar de menoscavar en la obra, tomarla con la misma amplitud primando seguir para realizar el mejor producto posible aunque suponga mayor presupuesto; pues hay cosas que a la larga no hay que escatimar.
Se oyó que el tiempo se venía encima y se podía perder la obra. ¿Por qué no se va poder alargar el plazo de ejecución de la obra, si es un bien para todos?.
Presentado y dirigido por Ana Garrido con gran poderío en tramos cálidos y fríos, siempre intensos, que transmite con gran intención y atención. Por su parte, aparte del pase de modelo, muy bien, no tuvo ninguna dificultad para canalizar el coloquio acicalada con su imponente flequillo de casi media testa y al otro lado peinado en elevación y descendente en cascada hacia atrás, lo que le da a su figura una imagen más alargada y nítida, que lo corta que resultó la tertulia y lo oscura historia que no llenaban plenamente los “coloquiantes”.
Estos comentarios los hago al escatimar el pequeño ánimo que tenía para entrar en una crónica de un a tertulia intrincada y poco clarificadora.
Ya.
Cordial
Antefaz
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