El Cava es un vino espumoso de calidad producido en una región determinada, se caracteriza porque su segunda fermentación y crianza se lleva a cabo en la misma botella, lo que le permite adquirir las burbujas de forma natural según el Método Tradicional.
Es un vino excepcional porque es el único que puede acompañar dignamente cualquier comida del día, y del que se puede disfrutar las 24 horas.
La elección de la copa es una de las principales claves para apreciar el cava. La mejor es la tipo flauta, ya que permite distinguir de manera adecuada el recorrido de las burbujas. El cristal debe ser fino, completamente transparente y absolutamente incoloro.
La temperatura ideal recomendada para tomar cava oscila entre 5º y 7º y se consigue de modo gradual dejando el cava en la nevera unas horas antes de servirlo. En la mesa la mejor opción parea conservarlo fresco es una cubitera con agua y hielo.
Las botellas de cava sólo pueden taparse con un tapón de corcho. Los productores de corcho y los elaboradores de cava se esfuerzan por garantizar un óptimo hermanamiento entre ambos productos naturales.
El cava agradecerá la delicadeza de quien retire el bozal y el tapón de la botella, evitando siempre movimientos bruscos. El instante mágico de la apertura requiere una inclinación de 45º para dar a este momento la máxima perfección.
La copa fina, transparente y elegante invita a ser tratada con delicadeza y es conveniente cogerla siempre por el pie porque nuestro calor puede alterar la temperatura ideal del cava.
Una de las grandes virtudes del cava es su versatilidad. Puede acompañar un delicioso aperitivo o una comida de principio a fin. A media tarde, al anochecer o por la noche, una copa bien fría puede alegrar cualquier momento.
Hay un cava para tomar en cada momento; así, para aperitivos y como acompañante de comidas, se aconsejan los tipos más secos (Brut Nature y Brut) y para los postres, los más dulces (Seco, Semiseco y Dulce).
Según su contenido en azúcar, el cava se denomina:
Es un vino excepcional porque es el único que puede acompañar dignamente cualquier comida del día, y del que se puede disfrutar las 24 horas.
La elección de la copa es una de las principales claves para apreciar el cava. La mejor es la tipo flauta, ya que permite distinguir de manera adecuada el recorrido de las burbujas. El cristal debe ser fino, completamente transparente y absolutamente incoloro.
La temperatura ideal recomendada para tomar cava oscila entre 5º y 7º y se consigue de modo gradual dejando el cava en la nevera unas horas antes de servirlo. En la mesa la mejor opción parea conservarlo fresco es una cubitera con agua y hielo.
Las botellas de cava sólo pueden taparse con un tapón de corcho. Los productores de corcho y los elaboradores de cava se esfuerzan por garantizar un óptimo hermanamiento entre ambos productos naturales.
El cava agradecerá la delicadeza de quien retire el bozal y el tapón de la botella, evitando siempre movimientos bruscos. El instante mágico de la apertura requiere una inclinación de 45º para dar a este momento la máxima perfección.
La copa fina, transparente y elegante invita a ser tratada con delicadeza y es conveniente cogerla siempre por el pie porque nuestro calor puede alterar la temperatura ideal del cava.
Una de las grandes virtudes del cava es su versatilidad. Puede acompañar un delicioso aperitivo o una comida de principio a fin. A media tarde, al anochecer o por la noche, una copa bien fría puede alegrar cualquier momento.
Hay un cava para tomar en cada momento; así, para aperitivos y como acompañante de comidas, se aconsejan los tipos más secos (Brut Nature y Brut) y para los postres, los más dulces (Seco, Semiseco y Dulce).
Según su contenido en azúcar, el cava se denomina:
Brut Nature. 0 gr. de azúcar por litro.
Extra Brut. hasta 6 gr. de azúcar por litro.
Brut. hasta 15 gr. de azúcar por litro.
Extra seco. entre 12 y 20 gr. de azúcar por litro.
Seco. entre 17 y 35 gr. de azúcar por litro.
Semiseco. entre 33 y 50 gr. de azúcar por litro.
Dulce. más de 50 gr. de azúcar por litro.
La crianza mínima de un cava es de nueve meses, según el Reglamento del Consejo Regulador del Cava. Cuando el envejecimiento supera los 30 meses, tiene derecho a denominarse Gran Reserva y son el acompañamiento ideal de un ágape consistente.
La luz y el calor son en general dos factores adversos para mantener la calidad del cava. En casa, para resguardarlo de estos elementos, deberá conservarse en la caja de embalaje, que ubicaremos en la estancia más fresca.
Una vez abandonado las oscuras y fresca cavas, este vino excepcional no necesita más tiempo de reposo. Es el momento óptimo para consumirlo. Una adecuada conservación, sin embargo, permitirá guardarlo en casa un tiempo prudencial.
Y por ultimo lo mejor del cava, la compañía.
Extra Brut. hasta 6 gr. de azúcar por litro.
Brut. hasta 15 gr. de azúcar por litro.
Extra seco. entre 12 y 20 gr. de azúcar por litro.
Seco. entre 17 y 35 gr. de azúcar por litro.
Semiseco. entre 33 y 50 gr. de azúcar por litro.
Dulce. más de 50 gr. de azúcar por litro.
La crianza mínima de un cava es de nueve meses, según el Reglamento del Consejo Regulador del Cava. Cuando el envejecimiento supera los 30 meses, tiene derecho a denominarse Gran Reserva y son el acompañamiento ideal de un ágape consistente.
La luz y el calor son en general dos factores adversos para mantener la calidad del cava. En casa, para resguardarlo de estos elementos, deberá conservarse en la caja de embalaje, que ubicaremos en la estancia más fresca.
Una vez abandonado las oscuras y fresca cavas, este vino excepcional no necesita más tiempo de reposo. Es el momento óptimo para consumirlo. Una adecuada conservación, sin embargo, permitirá guardarlo en casa un tiempo prudencial.
Y por ultimo lo mejor del cava, la compañía.
Evaristo Pitaluga i Poveda