A raíz del atentado perpetrado por ETA en Mallorca, que costó la vida a dos jóvenes Guardias Civiles, se ha vuelto a hablar, por enésima vez, de la falta de seguridad en los acuartelamientos del Cuerpo en toda la geografía nacional.
Esto no es nuevo, cada vez que ETA ha atentado contra un cuartel se ha puesto de manifiesto que estos servidores públicos. con sus familias, están en el punto de mira de esa banda de ratas asquerosas y la vulnerabilidad de los acuartelamientos los hace una presa fácil.
Saben, o conocen, las muchas carencias que el Cuerpo tiene para su seguridad, personal y familiar, y tengo por seguro que los Mandos del Instituto lo han hecho saber al Ministro de turno. Por otra parte los distintos Sindicatos del Cuerpo, aunque no lo sean en el sentido estricto del término, también vienen denunciándolo, pero poco es lo conseguido y a las pruebas me remito.
Por mi condición de miembro del Cuerpo durante algo más de 40 años, y por los dos últimos destino que tuve antes de pasar a la Reserva Activa, conocí varias docenas de acuartelamientos y ninguno de ellos, ni uno siquiera, tenía medidas de seguridad de ningún tipo. Me horrorizaba pensar lo fácil que hubiera sido para los etarras colocar una bomba en cualquiera de ellos y hacer una masacre. No voy a señalar ninguno por motivos que es fácil suponer, pero todavía hoy siguen en las mismas condiciones de seguridad.
En el año 2001 fui invitado a participar en el X Maratón de Cuentos (el más importante del mundo) que se celebró en una de las capitales de nuestra Región, representando a la Guardia Civil. Estuve dos días y visité el acuartelamiento de la Comandancia, un gran edificio de reciente construcción pero que, para mí, no reunía las suficientes medidas de seguridad, estoy por decir que eran casi nulas ya que los vehículos oficiales permanecían estacionados en las afueras del edificio, sin vigilancia, y de las cuatro calles que rodean el cuartel, tres de ellas eran poco, o nada, vigiladas durante las 24 horas.
El 12 de octubre de 1986 celebré las Bodas de Plata de mi matrimonio y decidí ir, con mi esposa e hijo, a Zaragoza para las fiestas del Pilar. El día 12 asistimos a la Santa Misa que se celebró en una Iglesia cercana a la Comandancia y pude comprobar las medidas de seguridad que se tomaron en el exterior y en el interior del Templo, con perros adiestrados y muchos agentes, la mayoría de paisano.
Al terminar la ceremonia decidimos acercarnos a la Comandancia y tomar parte en el ágape que se hizo para todos el personal, civil y militar, que había sido invitado. Pensé que con presentar el Carné del Cuerpo a la entrada sería suficiente, pero me equivoqué; penetramos y recorrimos varias dependencias del acuartelamiento sin que nadie nos preguntara quienes son ustedes. Tomamos varios aperitivos y salimos para el hotel después de casi dos horas en el cuartel, y nadie nos pidió que nos identificáramos.
Poco más de un año después, concretamente el día 11 de diciembre de 1987, ETA ponía una bomba en este acuartelamiento y mataba a 12 personas, entre las que había 5 menores, dos de ellas gemelas de 3 años.
Em ambos casos las medidas de seguridad eran nulas, ni cámaras de vigilancia ni de personal del Cuerpo en sus propios acuartelamientos. Se vivía en la inopia y ETA se aprovechaba de esta estulticia.
Desde la llegada de la Democracia todos los Gobiernos, especialmente el socialista, han estudiado el carácter militar de la Guardia Civil para ver si era conveniente desmilitarizarla pero han desistido, lo mismo que su fusión con el Cuerpo Nacional de Policía, ya que ni era oportuno ni conveniente porque entonces tendrían que aceptar que hubiera Sindicatos y eso habría dado lugar a tener que reconocer, y subsanar, las reivindicaciones de todo orden en salarios, acuartelamientos, vehículos, vigilancia, etc., Esa es la cuestión, no hay otra.
De haber Sindicatos, como la Policía Nacional, podrían hacer huelgas legales y fíjense ustedes lo que sería una huelga en la Agrupación de Tráfico en un puente, u otra de Agentes de los aeropuertos, puertos, cárceles, edificios públicos (Tribunales, Audiencias, Banco de España, etc.). Sería un caos total y obligaría a aceptar la totalidad de las reivindicaciones.
Todas esas reivindicaciones se las han planteado a los distintos Ministros de Interior y solamente se han conseguido algunas migajas, todavía se sigue con sueldos inferiores a otras Policías Autónomas, e incluso a Policías Locales. Y todavía se sigue saliendo de servicio con vehiculos viejos, con ruedas desgatadas y, en ciertas ocasiones, con restricciones de combustible.
Y mientras tanto, este Gobierno socialista, el abanderado de los menesterosos y de los cien años de honradez, les da millones por un tubo a los del dedo en la ceja para que sigan haciendo películas que no se proyectan y, si algunas lo consiguen, nadie va a verlas por su nula calidad.
Y entretanto, algunos, casi todos, los Gobiernos Autónomos derrochando euros en despachos, mobiliario, viajes, coches blindados y buenos sueldos, y el ZP, este demócrata de pacotilla, con 700 asesores con sueldos de no te menees Bombita.
La Guardia Civil tiene ya 165 años de servicio a España y a los españoles; ha sobrevivido a toda clase de gobiernos: monarquías, repúblicas y dictaduras, y ha sido valorada por los españoles, en todas las encuestas, como una de las Instituciones más querida y respetada.
Y todo ello porque sus miembros están impregnados con las virtudes del pueblo Español, de cuyas capas más bajas se nutre: Honor, Hidalguía, Caballerosidad, Dignidad, Espítitu de sacrificio, Honradez sin tacha, valores sublimes de todo bien nacido.
Y como siempre, en su larga Historia, ha acatado órdenes que iban, en algunos casos, en contra de los principios que le inculcó su fundador, el Duque de Ahumada, porque su ideario ha sido siempre el servicio y la disciplina, la obediencia, sin rechistar, al Gobierno establecido. Ha soportado iniquidades, calumnias y desafueros que han abocado a esa leyenda negra que viene soportando estoicamente.
Pero que hablen y digan lo que quieran aquellos que la odian; que ETA siga con su espiral de violencia y muerte, que la Guardia Civil seguirá haciendo lo que siempre ha hecho: Servir al pueblo Español con la dignidad de los hombres de bien.
Aunque se les asesine, aunque soporte carencias de toda índole, aunque aguante calumnias seguirá sirviendo a España.