Sueño de las Ninfas (George Apperley acuarela 1920) |
Había días en los que el Tío Frasquito se levantaba con el pie izquierdo y le afloraba un humor de perros, no lo podía aguantar ni su mujer. Sin embargo había alguien que lo toleraba y que, poco a poco, le hacía que volviera a la normalidad, si por normalidad se puede entender que volviera a sonreír y apaciguarse, y este no era otro que su amigo Eva.
Aquel día al llegar a la tienda del señor Eva lo halló colocando botellas en las estanterías y tarareando una canción de Los Panchos, que en esto de los gustos musicales también coincidían. Recuerdo que en cierta ocasión ambos escuchaban a uno de esos grupos roqueros entonando una canción cuya música y letra invitaban a vomitar.
EL TIO FRASQUITO: Eva, t´has dao cuenta de lo que cantan ese grupo, bueno digo cantá po desir argo porque lo que hasen es berrear. Y la letra, que me dises. A estos gilipolla lo hubieran metío en la cársel en mis tiempo.
EL EVA: Totalmente de acuerdo con usted, pero ahí los tienes llenando campos de fútbol y ganando una millonada con esa música ratonera. Y no te digo nada de la vestimenta y del pelaje, que da asco verlos. Parece ser que cuando más extravagantes van mayor es el éxito.
EL TIO FRASQUITO: Disen que de to tie que haber en la viña der Señó y debe ser sierto porque pa qué puñetas hasen farta lo piojos, la purgas, las chiches y los Tontos der haba y ahí los tenemo, pa joerno a lo mortales.
EL EVA: Tío Frasquito, a qué viene que haya mencionado al Tonto del haba, sin venir a cuento o tiene algún motivo que yo desconozca.
EL TIO FRASQUITO: Ya sabe que a este sujeto lo tengo atragantao desde que le hisiera la cabroná que le hiso a nuestro amigo Pepe Reondo. Es que, amigo Eva, no se pue ser más mala persona que este tipo pa haser y desir tanta infamia como le hiso a Pepe.
Hubo una época durante la cual, con sinco o seis seudónimo distinto, no paró de desir infamia, mentira e insurto en el foro de Juan Ramón contra Pepe, hasta le llegó a desir cornudo, y en mi tierra le disen cornuo al que su esposa se la tira hasta el portero automático.
En esta ocasió tamién le dijo su Abogao que lo denunsiara, y si no quería haserlo él que lo hisiera su esposa, que había materia criminal pa que lo sentensiaran y como tie antesedente por haber estao en la trena por atracaor, que lo iba a pasar mu mal.
Pero, como en otra ocasione, Pepe no quiso denunsiarlo por lástima y, sobre to, por sus hijos y espesialmente por uno que viste el mismo uniforme que él y que, según tie conosimiento, es un gran chaval.
EL EVA: Pues yo si lo hubiera denunciado. A esta clase de sujetos hay que enseñarle los dientes para que sepan que no pueden seguir por el camino que van, que no se puede ni se debe insultar, difamar, injuriar ni calumniar a quien a él le da la gana. Yo creo, y a lo mejor estoy equivocado, que esta clase de personajillos siguen haciendo todo tipo de barrabasadas porque nadie les ha parado los pies y este fulano, teniendo los antecedentes que tiene, hubiera sido mejor que lo encerraran y que le sirviera para recapacitar, a ver si de una puñetera vez cambia su asquerosa forma de actuar.
EL TIO FRASQUITO: Yo tamién lo hubiera hecho y que se jodiera enserrao en una selda una guena temporá. La mala yerba hay que arrancarla de cuajo y, una ves seca, quemarla pa que no quede ni rastro.
EL EVA: Tío Frasquito, usted, como yo, conocemos a Pepe y sabemos su forma de ser y el solo hecho de ser amigo nuestro da a entender que es una personal cabal, o sea, caballerosa, íntegra, sincera, amigo de sus amigos, desprendido y generoso hasta el punto de regalar los derechos de autor de sus novelas y obras de teatro para causas nobles, para los necesitados de todo, hasta de amor.
EL TIO FRASQUITO: Has hablao como Castelar, amigo Eva, no se puen desir la cosas con mejore palabra pa retratar a una guena persona. Lo que no logro entendé es que nuestro amigo, que es un apasionao de la Justisia, le haya tolerao a este infame tanta cabroná y no haya querío denunsiarlo.
EL EVA: No lo ha hecho porque su sentido de la Justicia no le impide la conmiseración, que todo buen cristiano debe practicar por encima de cualquier otra consideración.
En cierta ocasión me dijo que la Justicia no lo solventa todo y que, a veces, es el sentimiento cristiano el que debe utilizarse contra personas que, aun diciendo ser cristianas, se comportan como delincuentes, lo que le hace pensar que ni son cristianas ni personas, son mequetrefes que se cubren con la capa de la hipocresía.
EL TIO FRASQUITO: Amigo Eva, esta mañana estás sembrao, vamos que te brotan la palabras presisas en er momento presiso. Pero mira lo que te digo: Yo soy creyente, aunque no practicante, y si arguien me hase una cabroná me las paga, vamo que le muerdo los higado. Ca uno tenemo nuestra forma de ser y de haser la cosas y yo a esta clase de pencos no los transijo, me caen mu gordos.
EL EVA: Lo conozco a usted bastante bien y sé que es de esa clase de personas que jamás harán mal a nadie pero que no toleran que se las hagan a usted y mucho menos innecesariamente.
Ahora le voy a decir algo que sé que no le va a agradar: José María ha insertado un nuevo artículo en DME, foro que ha estado parado por la operación de Juan Ramón, y nada más publicarlo ya ha salido uno con un nuevo apodo para desprestigiar a nuestro amigo. No me cabe la menor duda que es el Tonto del haba, que vuelve a dar muestras de su catadura moral.
EL TIO FRASQUITO: ¿Qué me dises? ¿Otra ves er mismo sujeto vorviendo a las andadas? Eso nos demuestra que por sus venas no sircula na más que bilis. Pues has hecho bien en desírmelo porque na más llegue a casa le voy a pone un par de banderillas. Será mala persona este sujeto.
EL EVA: Tío Frasquito, me marcho que hoy se nos ha alargado la conversación. Y pague usted, que ya habrá cobrado la pensión.
EL TIO FRASQUITO: La pensión, mejó debería haber dicho la porquería de pensión, que ca día es más esmirriá. Hasta mañana, Eva. Suerte con las venta.