Comienza el tema de los fondos estatales, agitando enérgicamente el cubilete verde F. Núñez, sacando rápidamente de su casilla sus fichas de juego: hace notar la incoherencia de F. Pardo cuando dijo “por eso nuestro voto va a ser desfavorable” y luego ¡van y votan a favor!; y no ha oído aún explicación del ¿por qué?.
M. Abarca, antes de corresponderle su turno ya está sacudiendo el cubilete rojo, cuyo contenido sale
Critica la forma de aprobar la ejecución de los proyectos, aplicándoles “¡aquí somos el grupo de gobierno y mando yo!” .Deja caer por otro lado que ella tiene que tirar más veces por la composición de la partida (dos contra uno), diciéndole AG que lo han tenido en cuenta.
FN dolido, le espeta “ sabemos su talante aquí y en la calle” y a continuación coge carrerilla pinchando otra vez sobre la frase “ nuestro voto va a ser desfavorable” - desmenuzándola y remarcando cada palabra – y luego van y votan que sí, ¡que incongruencia!. Y contundente «que Ud. me llame el concejal de los cuentos» tajante «no me falte al respeto» «ni se lo consiento, ni se lo permito, ni se lo tolero» «que venga una persona que vive de la política a faltar al respeto, es vergonzoso» «le pueden gustar o no los proyectos pero sin faltar al respeto»; [le hecha una tremenda] y avanza muchos números al comerle esa desafortunada ficha roja aventurada.
Toda la trifulca hace que la blancura de la árbitra se soliviante algo dentro del aplomo que tiene, y muestre lo desagradable de esta situación incómoda y, recomienda que se hable sin referencias personales.
PB sin aspavientos, paso a paso sitúa sus fichas azules en posiciones seguras y sin estridencias. Está preciso y claro recriminando a las rojas sus salidas de tono y de contexto, tratando de meter cuñas de oportunismo político [está fino aquí PB]. En lo de la distribución de tiradas (tiempos) parece que quiere poner algún reproche pero no entra.
[No sé como habrán distribuido los tiempos de intervención, ¿porque no haya estado IU?, ¿por la representación en el consistorio?, pues cuando está Doñate no parece que se midan los tiempos]. Centra el debate: creía que veníamos ha hablar de los fondos y profundizar.
MA refiriéndose a FN «como le hecha tanta salsa hay que cortarlo de lleno» ¿le traiciona el subconsciente sobre las intenciones que tienen frente a FN? para que no les tome ventaja y altera y mezcla el tratamiento del tu y el Ud., canta con voz imperiosa (alguna vez casi trémula) el compañerismo y las alabanzas a los fondos de Zapatero y vuelve a S. Roque [cada cual a lo suyo] en el sentido de que sería bueno reconstruir la asociación, a lo que presta su colaboración.
Suelta prevenida «ahora te vas a volver a enfadar conmigo» «hombre, Núñez, Pascual, una cosa que esté bien» «que no somos tan malos, que abrimos puertas, no somos tan malos» queriendo aplacar dándose por ofendida, no deja de urgar y a lo del voto de su grupo, aplica el consabido y nefasto para la ciudadanía del ¡y tu más! «guardo la octavilla: bajaremos los impuestos».
Que les tienen descortesía, que les ningunean [que palabreja].
FN, que la información la tienen a su disposición, pero – algo como - que no se la van a bajar con guantes en bandeja de plata. Y de inmediato MA «estás faltando».
La partida trascurre frenética, los gestos y expresiones se suceden vertiginosamente, el uno y el otro ensalzan los proyectos a ejecutar y la otra derrama crítica corrosiva.
Las azules hacen un juego constructivo que resulta efectivo. «El museo municipal es importantísimo» «y claro hay que crear infraestructuras» «si hubiéramos podido, también el de Aguasvivas»; y sale en defensa de su compañera A. Tomás, que es injusto como la han tratado. Le informa a pregunta de MA que los cuatro museos irán en sitio diferente.
MA en sus últimas oportunidades sigue en la línea que hay improvisación en el equipo de gobierno, que no hay proyecto de ciudad, son proyectos de poco empleo; a los ciudadanos no freírles a impuestos, hay que aliviaaaaaaarles [en tono pedagógico], hacen falta muchas cosas.
Contraataca FN, «¡si por ideas!» y dice muchas cosas que se podrían hacer. «¡Aquí es el dinero!» «¡con 50 millones de euros …!». Sigue aprovechando su vez y es interrumpido por MA. Interviene AG con gesto ostensible
– Marta deja hablar a Paco, por favor – y al no surtir efecto
– por favor Marta, deja hablar a Paco por favor
– sin faltar
– Marta por favor – y otra vez
– Marta por favor – y Paco sigue
– no me voy a callar y si ella no se quiere callar que no se calle – mientras Marta sigue entremezclando palabras. La presentadora irritada se queja
– Pascual y yo estamos de espectadores - y se tiene que imponer
– ¡dejadme hablar a mí!. Hay que dejar acabar la argumentación
PB le reprocha a MA
– interrumpes tu – y MA
– si es que está faltando a la verdad – y muy blando PB
– ya tendrás tu turno
– me da mucha alergia la mentira y tengo que aclararlo – reclama MA
Nadie deja sentado que estarían apañados si cada vez que un contertulio se cree poseedor de la verdad se da asimismo la autorización para interrumpir, los debates serían un embrollo de interrupciones. Y nadie continúa: si cree que le falto a la verdad, espere, aguante su impulso, escuche todas las “mentiras” que quiera decir; y en su turno, rebata que no es verdad lo que le estoy diciendo. La interrupción (y más si es continuada) es ineducada e indica a veces impotencia para rebatir con fundamento.
El ocupar el tiempo del oponente es faltarle al respeto y quien lo haya invadido y se cree tan ufano de haber destrozado la ilación del discurso del contrario, quizá comprendiera mejor que es contraproducente si se le dijese: ¿es que no ve?, que los televidentes se están diciendo ¡que poco educadas que son algunas personas! y eso quita votos.
Sería bueno tener el entendimiento suficiente para poder comprender que uno puede no llevar la razón. Pensarlo y no tratar de verter todo lo que se lleva en cartera preparado.
Acucia AG que vayan ultimando. Lanzan el dado con frenesí arrebatador y, no acertando con los puntos justos para encerrar ficha, se aceleran más a medida que el tiempo asignado a la partida se acaba.
El último turno, con la resaca, se produce sin alteraciones, al centrarse cada uno en su juego.
La partida termina y no se sabe el resultado, ¿quién dice verdad? ¿quién media o cuarto y mitad de verdad?, ¿mienten o no? o ¿son distintos puntos de vista?; y el espectador oyente se queda “in albis” en lo que es discutible. Solo le queda el poso de la credibilidad que le transmiten y su propia intuición. Lo que es notorio es donde quedó la educación y quien fue más ineducado ¿o ineducada?.
Cuando medito como encajar todas las impresiones del debate, cierro los ojos en concentración y al abrirlos veo ante la faz colgados, todavía, los adornos navideños, eso sí, sin músicas. ¿Habrán pensado dejarlos para que esta ciudad sea la más puntual para la Navidad próxima? ¿O no alcanzan los fondos estatales de empleo para retirarlos?.
Cordial
Antefaz