
Por José María Redondo Tortosa.
!Santa Bocha del bochín, Santa de la gachamiga! Como he cumplido cuarenta no me mojo la barriga; que se la moje Bonete cuando salga del retrete. Señor, Señor cuando estoy en trance me salen los ripios a borbotones.
Queridos amigos, si es que me queda alguno, cuando allá por 1974 comencé a estudiar la carrera de Derecho, que no llegué a terminar, me enteré que la Ley, la Costumbre y los Principios Generales del Derecho son las bases sobre las que se asienta todo nuestro Ordenamiento Jurídico.
Desde entonces para acá he conocido a varios Ministros de Justicia y creo no estar equivocado si digo que todos fueron juristas. de todos ellos, si tengo que salvar a alguno, sería don Enrique Múgica el que se salvaría de la quema porque, entre otras cosas, hizo aquella Ley que dispersó a los asesinos etarras, la que más daño les ha hecho a ellos y a sus familiares. A unos por asesinos y a sus familiares porque jamás han pedido perdón por los crímenes cometidos por sus padres, hijos o hermanos.

Ese Código lleva su nombre y permite, por lo apuntado anteriormente, que matarifes de la calaña de Henri Parot, de Francisco Múgica Garmendia (a) Pakito, de Troitiño, de Santi Potros, de Kubati, de Juana Chaos y demás ralea salgan a la calle sin haber cumplido ni la milésima parte de sus condenas.
Nada más aprobarse la Constituión se reformó el Código Penal y desaparecieron la pena de muerte (algo lógico y justo) y, entre otros, los delitos de adulterio y amancebamiento. ¿Por qué no se aprovechó aquella reforma para eliminar los beneficios penitenciarios a los terroristas que no se hubieran arrepentido? ¿Es que se desconocía que al no existir la cadena perpetua en nuestro Ordenamiento jurídico los asesinos iban a aprovechar todos los vericuetos de las Leyes para salir lo antes posible de la cárcel, aunque tuvieran miles de años de condena?
Y el español de a pie, el ciudadano sencillo y honrado se pregunta: ¿Pero como es posible que un criminal que tiene a sus espaldas nada menos que 25 asesinatos salga de la cárcel a los 18 años teniendo una condena de más de 2000?
Nadie, absolutamente nadie, puede entenderlo. ¿Es que los máximos responsables del Gobierno, del Tribunal Supremo, de la Audiencia Naciopnal, del Ministerio de Justicia, de la Judicatura y de la Fiscalía no sabían de antemano que esto podía suceder cuando se reformó el Código de 1973?
Un creyente como yo -que nunca se esconderá para decirlo- si además es un demócrata convencido, no puede estar de acuerdo con la existencia de la pena de muerte, ni siquiera para de Juana Chaos, pero sí desearía en nuestro Código Penal la cadena perpetua. En algunas Naciones de nuestro entorno, entre ellas Francia e Inglaterra, existe esta pena. Y nosotros, para dar lecciones de democracia, enviamos tropas a Irak, Afganistán, Líbano y a otros paises en guerra, y dialogamos con los terroristas para que sigan matando y extorsionando. Tenemos una clase política de tercera o cuarta división.

En un periódico de ámbito nacional, el día 13 de febrero de 2007, podía leerse una larga entrevista que se le hizo a don Juan Pablo González, Vocal del CGPJ del País Vasco, en la que decía: "La cadena perpetua por terrorismo no es incompatible con las garantías legales de nuestra democracia". Entonces me pregunto: Si esto lo dice un Vocal del Consejo General del Poder Judicial, una Autoridad en la materia, ¿Por qué no se incluye en nuestro Código Penal para esta clase de delitos? O yo soy un tonto del haba o los tontos de capirote están donde ustedes se imaginan.
Estoy seguro que si se hiciera una consulta entre los españoles sobre si están de acuerdo con la existencia de la cadena perpetua por terrorismo, la inmensa mayoría votaría a favor de esta condena. Ojo, que yo también estoy de acuerdo con que la cárcel debe servir para reinsertar y rehabilitar, pero esos matarifes ni se han arrepentido ni se arrepentirán jamás. En los últimos juicios en la Audiencia Nacional lo hemos podido comprobar con el tal Txapote y su asquerosa novia, tenían la desvergüenza de reirse del Tribunal. ¿Tienen derecho esta gentuza a los beneficios penitenciarios?
Estos criminales que privaron del principal derecho de todo ser humano, como es el de la vida, a 859 personas, entre ellas a niños, mujeres y ancianos, no tienen derecho a disfrutar de la libertad, deben pudrirse en la cárcel, deben pagar por sus horrendos crímenes. Estas ratas asquerosas que son capaces de brindar con cava cada vez que uno de sus correligionarios asesinan, no deben salir de donde están.

Por todo esto no es de extrañar que en las encuestas la Justicia salga tan mal calificada. Y cuando uno se entera que a un gran Fiscal, el señor Fungairiño, se le aparta de su destino de Fiscal General del Estado por haber sido el más encarnizado enemigo de los etarras, no te queda más remedio que preguntarte: ¿Pero esto estaba ya convenido en las conversaciones que el Partido que nos gobierna ha mantenido con los terroristas desde hace algunos años?
Por lo menmos nos cabe la sospecha.
El autor no puede ser mas claro. ¡Solo queda el agua.! ¡Que valentia !.
ResponderEliminarEnhorabuena