Cuando matar es una de las principales industrias .
Habiendo millones de muertos en todo el mundo por las epidemias, por el hambre, por voluntades genocidas, que también los haya por negocio es inmoral.Más de un billón de dolares se gasto el mundo en armas y es Estados Unidos el país que más invierte en esa industria del terror. Cerca de la mitad (46%) de lo que el mundo gasta en armamento lo hacen ellos solos; y junto al Reino Unido, Francia, Japón y China, representan los dueños del 92% de las fábricas y empresas de armamento.
Con estas cifras sobre la mesa es evidente que la guerra es un auténtico negocio, que da suculentos beneficios. Lo único que hay que hacer es que haya una guerra aquí, o allá. Hay que procurar siempre una escusa; primero el telón de acero, ahora el terrorismo integrista, cualquier escusa es buena con tal de que el negocio de matar siga siendo rentable. La victimas, propias y contrarias, solo son daños colaterales y como los billetes de dolar son verdes (color de la esperanza), no se nota que la rojez de las imágenes llenas de sangre, el negro del luto o el amarillo del fuego son los colores que resultan durante los incendios, casas derrumbadas o cadáveres desmembrados después de usar las armas.
Según reconoció el Presidente de EE. UU. Dwight Eisenhower (presidente de los Estados Unidos entre 1952 y 1960), cada misil que un barco de guerra disparaba era un robo para los que tienen hambre. En estados Unidos, principalmente y los otros países también, el poder e influencia de las empresas que fabrican armamento no tiene límites. No solo por los millones de víctimas que provocan, sino porque consiguen amordazar a periodistas e influir en las campañas electorales de congresistas, senadores e incluso presidentes. Son los EE. UU. el país que más guerras ha declarado y enfrentado en el siglo XX y lo que va del siglo XXI , con el armamento más sofisticados que la humanidad haya visto y la más costosa. Desde las bombas de Hiroshima y Nagasaki a los Tomahawk de la última guerra del golfo, los estadounidenses se han gastado miles de millones de dolares, alcanzando el primer lugar en el ranking mundial.
Fue el mismo Eisenhower quien advirtió de que la industria militar estadounidense y su influencia en la política, podría llevar al país a guerras constantes, con el propósito del lucro de estas empresas.
El colmo es que en ese país la cultura de las armas esta muy arraigada; padres orgullosos de que sus hijos manejen ya con soltura revólveres o subfusiles, festivales como el “Festival de la Metralleta de Knob Creek, en Kentucky”, niños de cuatro años disparando con las armas de sus padres para familiarizarse muy pronto con el ruido y el olor a pólvora, muchos han escrito su carta a Santa Claus pidiéndole la última versión del Kaláshnikov y Santa Claus, no poniendo reparos, se lo trae. Niños que saben disparar un M-16 o montar y desmontar una UZI israelí, y lo más extraño de todo, la segunda enmienda de la Constitución de este País que se les garantiza el derecho a poseer armas. Para el poderoso lobby de los defensores de armas, que todos los años mueran en EE UU 11.000 personas por armas de fuego no es relevante y que las matanzas en institutos o universidades se evitarían si profesores y estudiantes estuvieran armados, para así poder hacer frente al agresor.
Muchas campañas se han hecho para reducir la creciente escalada armamentista mundial, muchas conferencias mundiales de desarme pero los resultados son otros porque las armas son el mejor negocio.
Y digo yo
¿Qué hubiera pasado al contrario? Si no existiera la segunda enmienda en la Constitución ¿Las armas serían negocio y una de las más importantes industrias de los EE. UU.?
A esto llamo yo hacer las cosas con el culo y es lo mismo que cuando el Imperio RomANO
'El fuerte se caga en el débil para demostrar que es el fuerte'
por no querer ser grosero.
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