
Les juro que sentí dolor, vergüenza y hasta odio viendo las imágenes que nos sirvió la televisión estatal de los actos del sepelio del soldado español, de origen colombiano, celebrados en el acuartelamiento de El Bruch, don John Felipe Romero Meneses.
Sentí dolor porque a un muchacho con tan solo 21 años se le había arrebatado la vida cuando realizaba labores humanitarias en un País en guerra, si, en guerra aunque no sea con nosotros. Estamos allí por nuestra pertenencia a la ONU igual que estamos en Líbano y en varios Países más, y estuvimos en los Balcanes cuando fuimos requeridos.
Sentí vergüenza cuando comprobé que el Presidente de la Nación Española, el señor don José Luis Rodríguez Zapatero no había acudido a dar el último adiós a un soldado español asesinado. Más tarde supe que se hallaba en su despacho de La Moncloa preparando el discurso que tenía que dar un par de días después ante el señor Obama.
Claro, para este Presidente era más importante lo que tenía que decirle al de los EE.UU., que lo que debería haber dicho a los padres de este joven muerto por su segunda patria.
Y sentí odio cuando me enteré que el carro de combate que conducía este español era un BMR con más años que la Charito, que nuestros soldados en Afganistán están totalmente desprotegidos ante ataques con minas porque estos cacharros no están preparados para estas agresiones.

Y así llevan años nuestros soldados, realizando labores humanitarias, dicen, en Países que sufren los ataques de los talibanes, obedeciendo las órdenes de quienes desprecian sus vidas. Qué les puede importar al señor Zapatero y a la señora Chacón si mueren soldaditos desprotegidos, se les concede una Medalla, se les sepulta y en paz.
Ese mismo día escuché en otra televisión las palabras de un General del Ejército en la Reserva, decía que le resultaba vergonzoso que los jóvenes españoles no se alisten voluntariamente en el Ejército y que tengan que ser suramericanos los que suplan esa carencia.
Pues mire usted, mi General, los muchachos españoles no quieren morir por una Patria que los tiene desprotegidos ante la canalla terrorista, pero los suramericanos sí porque se les concede la nacionalidad y un sueldo con el que poder atender a su familia, así de sencillo.

Aquí, en nuestra España, se les canta “La muerte no es el final”, se les concede una Medalla y el Presidente se escaquea, hace la vista gorda y se va para hacerse la foto con su admirado Barack Obama.
Cuando te irás a la mierda, majadero.
Este pinchauvas va a dejar a Esaña echa unos zorros; es el mismo de la retirada de los Crucifijos en las escuelas, de la Ley del Aborto, de la de Memoria Histórica y tantas más innecesarias e inútiles pero que joden al ciudadano creyente,sensato y honrado.
ResponderEliminarEste majadero, como bien dice el señor Redondo, va a dejar la tierra harta de agua y va a pasar a la Historia como el Presidente más memo e ineficaz de todos los que nos han gobernado en Democracia.
Es el hazmerreir de Europa y cree que yendo a Norteamérica y estrechando la mano de Obama se va a ganar un prestigio que jamás tendrá porque a los dirigentes europeos no se les engaña con boberías.
Y para terminar de colmar el vaso de la ineficacia se ha rodeado de una cuchipanda de memos e inútiles que manda guevos, como dijo Trillo.