ES DE BIEN NACIDO SER AGRADECIDO.

Por Armando Gresca y Lío.

Queridos y amantísimos amigos y amigas: Me encuentro compungido, abatido, distraído, escachifollado (joder con la palabreja), malhumorado, destrozado y toreado (aunque no tengo pitones) porque me han utilizado valiéndose de mi buena fe, y he salido trasquilado.

Ahora mismo te estarás preguntando: ¿Pero que le pasa a este jilipuertas (palabreja que no es correcta por ser poligonal por la base) para que me endilgue esta perorata ( de pero y de rata).

Pues muy sencillo, ya veréis. En mi pueblo tengo un par de amigos que, sabiendo que soy bastante más inteligente que ellos (son dos palurdos de cojones), me pidieron que les aconsejara sobre algo que ellos no entienden y que sospechaban que yo les podría aconsejar y, sobre todo, que no les iba a cobrar ni un ochavo por darles mis sabios consejos (así soy de tonto, aunque no sea como el del Haba).


El Frasquito (Francisco en cristiano) tiene euros hasta en los calcetines porque no se fía de los Bancos y quiere invertirlos en algo productivo pero que sea diferente a lo que fabrican los vascos y catalanes, y es por esto que me pedía que le diera alguna idea que fuese genial (genial procede de genio y es por eso que me lo pedía a mí).

Le contesté que me diera unos días para pensar y que cuando tuviese algo en la chilondra se lo participaría.

Pero mira por donde, cuando estaba dándole vueltas a la bocha me llama el otro amigo, el Bastián (Sebastián, también en cristiano) para pedirme algo similar a lo solicitado por el Frasquito.

Al Bastián le habían tocado un montón de millones de euros en la Primitiva y no quería que un tal Chaves (por aquellas calendas Virrey de Andalucía), le pegase un bocado que lo dejase tieso y pensó emplearlos en algo que le produjese buenos beneficios, y este era el motivo de la pregunta.

No os lo vais a creer pero estuve varias semanas que me dolía hasta la vena del sueño de tanto darle vueltas y más vueltas a la parte de mi anatomía donde en otros tiempos llevé el tricornio. ¿Qué clase de industria se podría instalar en mi tierra que fuese distinta para que nadie le hiciese competencia y fuera productiva?

Y que si quieres arroz, Catalina (una catalina en mi tierra es una mierda), no me salía nada, tenía las neuronas peor que las de la Ministra de Fomento, llenas del salitre de las desaladoras.

¡Santísima Virgen de las Chilindrinas! De pronto el bombillazo. ¿Pero como no lo había pensado antes, si tengo la solución para los dos?

Al Frasquito le dije que instalase una factoría para enderezar los plátanos, porque la gente está hasta los corvejones de comerlos torcidos, o sea, igual que la picha de Zerolo. Y si no le gustaba esta idea le daba esta otra: Que comprase 10.000 hectáreas de terreno en el Vadillo, el Retamar o en Las Pozas y plantase collejas de Madagascar, cuyas hojas son como las de las acelgas.

Al Bastián que construyese una empresa dedicada a transportar humo a China y a Japón, que allí lo emplean como abono en los extensos campos de flor de Loto gigantes.

Eufórico y gozoso por mis ideas, les escribí sendas cartas a mis queridos amigos exponiéndoselas y aconsejándoles que las pusieran en práctica lo antes posible por si alguien se enteraba y me las pisaba.

A vuelta de correo me las devolvieron, con la siguiente coletilla: VETE A QUE TE DEN POR DONDE GOTEAN LOS PORRONES DE ANDÚJAR.

Vosotros creéis, queridos amigos, que esas son formas de agradecer el esfuerzo mental que tuve que realizar para coadyuvar a la industrialización de mi tierra.

¡Qué diferencia tan abismal con los labradores de Chinchilla y Alatoz! Me pidieron que les ayudara y les dije que plantasen boquerones, chipirones y chirlas y quisiera que vieseis como están en estos momento los boquerones, con la cabeza y los ojos fuera de la tierra, y dentro de unas semanas a recoger la cosecha.

¡Ah! Y no necesitan riegos, con el relente es suficiente.