sólo es un sueño; cuando sueñas con otros,
es el
comienzo de la realidad".
Ms.
Helder Cámara
Hay
un lema de mi buen amigo Esteban Tabares que siempre me gustó cuando
trabajaba en la escuela inclusiva, que siempre valoré cuando
actuamos con población inmigrante y que hoy recupero en clave
política ante las agresiones de los mercados y de los gobiernos al
99% de la población: “unir
sin confundir y distinguir sin separar”.
Cuán importante es que en estos momentos –y lo digo en vísperas
de las movilizaciones del 15 y del 25 de Septiembre- nos atreviéramos
a plasmar la unidad en la diferencia y a trabajar esas diferencias
desde la inquebrantable preocupación por la unidad, sobre todo en la
izquierda.
Ya
poca gente pone en duda que estamos viviendo una verdadera dictadura
de los mercados que bien podríamos calificar de terrorismo
financiero.
Con un Rajoy entregado a la troika neoliberal por quien porfía, se
pliega, se niega y nos hunde, no le duelen prendas en reconocer que
hace lo contario de lo que llevaba en su programa electoral, así
como su incapacidad para sacar esto adelante de otra manera. Nos
venden un determinismo torticero basado en múltiples mentiras, cien
veces repetidas (no hay dinero…, todo es culpa de la herencia
recibida…, no se puede hacer otra cosa, hacemos lo único que se
puede hacer…) y mientras tanto los recortes empobrecen a la mayoría
de la población, se favorece a los más ricos, se amnistía a los
defraudadores y, lo que es más peligroso, se atenta gravemente
contra lo público criminalizando la protesta ciudadana, incluidas
las manifestaciones pacíficas o la resistencia pasiva.
Por
todo esto es por lo que necesitamos unirnos en un gran
pacto antifascista.
Un pacto entre toda esa gente que cabreada –mucho más que
indignada- que el pasado 19 de julio salió a la calle en toda
España, como no hacía desde las manifestaciones contra la guerra de
Irak, en lo que a presencia cuantitativa se refiere. Porque
cualitativamente hablando el 19-J unió a mucha gente (algo cada vez
más parecido al 99 %) en lo que constituyó un verdadero “tsunami
anti neoliberal”
en el que confluyeron todo tipo de mareas y colectivos: la verde de
la educación, la blanca de la sanidad, la violeta de las mujeres, la
roja del desempleo, la negra de los mineros, la azul del agua, la
ocre de los inmigrantes, el 15-M, bomberos, sindicalistas,
profesionales de todos los ramos, … y hasta policías.
Habrá
quien piense que exageramos al hablar del “pacto antifascista”
pero no nos engañemos, hay prácticas que más parecen de un pasado
nada lejano. Y para muestra un botón: las bien esquilmadas cajas de
resistencia –como en el franquismo- para pagar las numerosas multas
con las que se está sancionando a los indignad@s, miembros del 15-M,
o cualquier otra manifestación alternativa al sistema.
Y,
¿para qué necesitamos esta unidad? Yo solo empiezo la lista, pero
invito a continuarla en los diversos grupos. Necesitamos la unidad de
acción para…
- Decirle a los gobiernos que miren más por los intereses de la mayoría de la población que por los de banqueros, grandes fortunas o suyos propios. “No somos mercancías en manos de políticos y banqueros”
- Intentar detener este retroceso del estado del bienestar que, a base de recortes y austeridades mal entendidas, están suponiendo un enorme deterioro de lo público. “No es una crisis, es una estafa”
- Conquistar una Democracia Real Ya, pues en la actualidad no es ni tan siquiera democracia formal. “Lo llaman democracia y no lo es”.
- Comenzar un Nuevo Proceso Constituyente que termine con la actual Constitución ya deslegitimada, y se pueda elaborar y votar una nueva hecha por quien tiene o debería tener ese poder constituyente que no es otro que el pueblo. “Ni cara A, ni cara B, queremos cambiar de disco”
Hace
año y medio (18/2/11) cuando gobernaba el PSOE, ya nos
pronunciábamos diciendo que hacía falta la unidad de la mayoría de
afectados, porque solo el pueblo unido puede empezar a parar esta
locura: “Frente
Cívico, Mesas de Convergencia o Foros para una Ciudadanía
Activa…¡pero ya!.
Y unos meses más tarde (3/7/11), en la misma línea, escribíamos:
“Del
15-M/DRY, a la reconstrucción de la Izquierda, y a por una nueva
Constitución”
y rescatábamos tres posibles estrategias: Luis Ángel Aguilar Montero
+
Una, las mesas de convergencia –entonces emergentes- aunque hoy con
la denominación “red
de convergencia social”
no terminen de despegar;
+
Dos, “el frente cívico”, que ya Anguita lo planteaba antes de
reformularlo ahora con el llamamiento “Somos
mayoría”;
+
Tres, iniciando el debate para la creación de un “Nuevo
Proceso Constituyente”
que deviniera en la elaboración, por parte del pueblo soberano, de
una nueva Constitución.
Año
y medio después, agravada la situación con nuevos recortes,
decretazos de los viernes y demás abusos de un PP que aplica un
rodillo más pesado que el que criticó en su día al PSOE, gracias a
esa injusta mayoría absoluta obtenida con solo el 30% de apoyo
social, somos más radicales, aunque en una misma línea de unidad de
los más, del 99%, de los damnificados por la crisis, del pueblo, en
definitiva; Y con unas estrategias, plataformas o herramientas muy
similares, de las que recordamos tres:
- En febrero de 2011 nacieron las Mesas de Convergencia Ciudadana nacieron para promover esa “convergencia de todos los ciudadanos y ciudadanas, miembros o no de organizaciones políticas, sindicales, sociales, no gubernamentales o culturales, para poner en marcha una respuesta unitaria que permita enfrentarse con eficacia a la manipulación informativa, a los recortes en los derechos sociales y al daño que todo esto está produciendo al ya de por sí débil Estado de Derecho en el que vivimos”.
- Durante los días 17 y 18 de marzo de 2012, en Cádiz, ciudad donde 200 años atrás se promulgara la Pepa o Constitución de 1812, tuvo lugar el I Encuentro Estatal de la Asambleas Ciudadanas Constituyentes. Su tarea: iniciar un Nuevo Proceso Constituyente que nos lleve a una auténtica Revolución Democrática. Constituyentes –como allí se definió- es el proceso que necesitamos como estrategia de acumulación de fuerzas, en lucha por articularse como alternativa de poder, como nuevo bloque de poder, como poder constituyente. Es el proceso constituyente de los sectores populares afectados por la crisis.
- El 22 de Junio de 2012, Julio Anguita desarrolló en un texto titulado “Somos Mayoría” la propuesta que había lanzado unos días antes para crear un Frente Cívico hacia la transformación de nuestro país (aunque ya en febrero de 2011 él mismo había avanzado una propuesta similar aunque menos elaborada y por eso presentaba esa nueva propuesta).
La
conclusión está pues muy clara. Aquí hace falta casi todo el
mundo, unidos
y enREDados,
en torno a un gran pacto antifascista que: recupere la defensa de lo
público, desenmascare el gobierno de los mercados, detenga los
drásticos recortes al pueblo, impulse una fiscalidad progresiva para
los ricos, luche por una democracia real y desemboque en un Nuevo
Proceso Constituyente. ¿No he dicho nada, verdad?
Pues
sí, y máxime con los peligros que acecharán, tanto desde el mismo
sistema, sus altavoces y sus secuaces, como desde algunos de los
propios protagonistas, por no hablar de la ultraderecha que siempre
intenta sacar tajada en estas recesiones. De los últimos y del
primero no merece la pena aclarar nada, pero sí decir algo de los
problemas que pueden aparecer desde dentro, ya que siempre han
existido trabas para unir a la izquierda, tanto social, como política
o sindical. Así por ejemplo advierto 4 riesgos en ella:
+
La Izquierda
Abierta
de Llamazares hará falta con tod@s pero no con esa oculta intención
de protagonismo proselitista y/o de terminar siendo una Nueva
Izquierda Bis.
+
La Izquierda
Unida
de Cayo Lara hará falta, como no, y sobre todo su base social, pero
tampoco ella sola pues ni ha logrado “refundar la izquierda” ni
con esta injusta Ley electoral saltaría del 15% de apoyo social.
+
Los Sindicatos
-tanto
de clase como más a la izquierda-, harán falta, pero tampoco podrán
ser los únicos que con el nivel aún tan bajo de credibilidad,
quieran abanderar todas las plataformas y movilizaciones.
+
Las Plataformas
por la defensa de los Servicios Públicos
harán falta, y mucha, pero cuidado con esa gente que solo está
coyunturalmente porque añora la vuelta a la situación anterior para
volver a gobernar con más de lo mismo.
Y
dicho esto repetimos, con la que está cayendo: “Unir sin confundir
y distinguir sin separar, pero en un frente antineoliberal.
*
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