Se diluye en tantas reclamaciones al mismo tiempo, abarcan tanto, que en nada se aprieta.
Deberían centrarse en una sola reivindicación, solo una, la primera debería ser la más básica, fundamental y trascendente, para seguir dando la lata machaconamente y conseguir otra sola, y después la siguiente…
Un movimiento callejero puede armar mucho ruido, pero ¿qué?, ¿en qué se traduce?, es que ¿los que gobiernan van a poner en marcha sus ideales?. Mientras le falte la fuerza, el poder, que da la democracia y su plasmación en leyes acordes con el movimiento indignativo, las manifestaciones se quedan en estas solamente. De manera que lo primero debería ser luchar para conseguir una ley electoral más democrática al afinar más, por lo tanto más representativa, esto es, que la circunscripción electoral sea tan grande como toda la población del territorio en que se vota y por el que se vota: si es nacional para los representantes del parlamento, pues que todos los votos de les ciudadanes cuenten lo mismo, es decir todas las urnas juntan todos los votos puesto que van dirigidos todos al gobierno de la nación (y no por provincias donde los restos se pierden y favorece a los grandes partidos, y a las formaciones políticas concentradas en determinadas provincias, con lo que la suma de restos perdidos no cuentan para nada); si es en una comunidad Autónoma, semejante, todos los votos sin distinguir provincias, que valgan lo mismo reuniendo todos en urna única para la distribución de electos; si es provincial, pues el ámbito la provincia; en las municipales se hace de ese modo más democrático, todas las papeletas se suman, sin asignar a cada distrito un número de concejales, sino del total reunido se obtienen proporcionalmente los concejales elegidos.
Puesto que no hay una organización política existente ni emergente del movimiento de la indignación (que se conozca), sus propuestas se quedan en meras protestas que al poco desvanecen.
“Quien mucho abarca poco aprieta” (para partir a mano un tomo de hojas de papel se vence mejor la resistencia partiéndolas por manojos delgados, asequibles). Cada reivindicación o propuesta sería valorada por la ciudadanía. Y, en su caso, avanzar poco a poco, paso a paso.
Cuando esto escribo, “tras de los cristales nieva”. ¿Por qué cuando está nevando a la gente se la ve más contenta? ¿es que siempre queda un rincón en el fondo humano para la fantasía, alimentada específicamente por el paso del tiempo y las añoranzas?
Cordial
Antefaz
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