¡El hospital no se vende!, ¡el agua no se vende! Y ahora quieren vender
Almansa entera, ¡hay que vender Almansa! Repetían con aquiescencia unánime…¿Con
qué nos vamos a quedar?.
Todes se aferraban de palabra y obra al carro del triunfo, en la parte y el
espacio del calificado éxito que han tenido los últimos importantes eventos.
Ya les da “el pistoletazo” de salida la presentadora Ana Garrido, acicalada
para la ocasión como es de costumbre, para que transiten por la ruta de los
Grandes eventos para promocionar.
Subidos en el carro triunfal, la velada trascurría por un camino de
pétalos.
¿Cómo iba a haber batalla, sino era floral? Y hay que decir que no se haya
de recorrer ese trayecto aireando los éxitos festeros: lo hecho, hecho, y si
hay que sacar, se saca pecho.
María Ángeles Herrero y José Enrique Megías no tenían otra opción que coger
el carro en marcha; ella proclamando admiración a Herminio López ¡qué valiente!,
y haciéndole sitio en el carruaje ensalza la labor de un turismo que nunca se
había defendido ni protegido y que ahora pueden estar orgullosos quienes están
trabajando en esto, y sigue alabando por todos los vientos; y Megías para poder
engancharse a la marcha triunfal, la amplía en el tiempo para que abarque a su
grupo político como una labor que se ha venido haciendo desde hace mucho,
haciéndose hueco con que la concejalía de Turismo se fundó en 1995 [que todo se
sepa], reparte felicitaciones a tanta y tanta gente [extensivamente se diluyen
algunos protagonismos] y que han de estar orgullosos de vender su pueblo, y
mete la cuña de que quizá se valora más la batalla fuera que por los propios
almanseños sembrando la incertidumbre de que en la calle hay dudas
de hasta qué punto se rentabiliza la inversión [pocas oportunidades tenía, tratándose
de algo festivo, para frenar la arrogante marcha brillante, [¡a ver cómo
deslucir algo que de por sí, es normal que resulte bien!].
Por lo visto y oído, esto parece que va a ir por unos derroteros sin
derrota.
Llegados a las calles de las entradas, se lanzan cohetes desde los cuatro
costados. En ondas sucesivas se trasmite un pim pam pum: gracias a María
Ángeles siempre encantadora, lo dice de corazón y le honra reconocer la
evidencia, es maravilloso, cifras altísimas y a tope de ocupación (Calatayud);
un gran medio Maratón, lleno, gran nivel, expectación y animación cercana del
pueblo, hasta sentimental (a coro); Almansa ciudad acogedora, cariñosa, que se
trasmite, nuestras fiestas son espectaculares, somos los mejores,
importantísimo que la Junta Festera de Calles y las Comparsas dejaran las
rivalidades, pues lo bueno es que se complementan, gran mérito de los festeros
con la crisis que está cayendo, una convivencia una terapia, evadirse de los
problemas…, enhorabuena a las capitanías (Herrero); ven que no es un gasto es
una inversión, encuentro de gachamigeros…volviendo a los exitosos
acontecimientos, reconocimiento a los festeros (Rico); algunos cohetes de
Megías, camisero relumbrón en blanco, son disonantes para hacer notar que todo
lleva un trabajo de muchos años y el partido Socialista siempre ha estado con
el turismo y que en su programa está lo que se está haciendo [que se sepa], que
no dé la sensación de que ahora esté en contra de la promoción que de eso nada
que al contrario, aunque siga siendo la base la referencia industrial
paralelamente hay que potenciar las otras muchas cualidades de la ciudad;
felicitaciones a los festeros, a la gente, a los concejales pero si no fuera
por la gente… [hábilmente difumina con la gente].
El carruaje brilla a fogonazos, el gozo en los tripulantes aumenta, se
aproxima el éxtasis, se lanzan serpentinas para compartir la satisfacción con
el pueblo que a pie de adoquín les observan expectantes: Calatayud, se siente
muy contento, felicita a Israel a su lado, la gente es maravillosa, se ha hecho
muy bien la promoción, nunca lo han retransmitido tanto los medios informativos
(Megías no se contiene y suavemente quiere hablar...; y Calatayud interrumpido
en su fervor, inesperadamente, parece exagerado, viendo la fiesta que llevan,
que le diga “yo no te he interrumpido”, cuando lo que Megías completa que el
reconocimiento es de todos (o que entren todos); Calatayud se desempolva
sacudiéndose la observación insistiendo en que nunca tanto se ha hecho bien, se
ha trabajado bien, y cree que han sido una de las mejores Fiestas de la
historia de Almansa. Rico propaga que para atraer a más visitantes a las
Fiestas, se dé lo mejor, se lleven la mejor impresión de diversión,
espectacularidad, acogimiento; y sigue con su propio floreo, hasta decir que
las Fiestas son la envidia, con el marco que tienen [si se refiere al castillo
y a la plaza, lo que es realmente una pena es que algo tan grandioso se quede
encerrado en un estrecho embudo, desde el que solo o pueden ver bien los
afortunados de tener un buen sitio; el espectáculo es grandioso de escalinatas
para arriba y empequeñecido de ellas para abajo… ¡ay, la plaza Mayor que podría
haber habido allí!, entonces sí, hubiera sido algo impresionante, abierto,
admirable, extraordinario en muchos kilómetros a la redonda. Y es que aún
desmereciendo mucho, es tanto, que aún en la estrechez es un
espectáculo meritorio, brillante, hasta para contemplarlo por televisión
(aunque no es lo mismo)]. Megías, no olvida decir y lo dice, poniendo el
contrapunto de que las fiestas han sido ni las peores ni las mejores (esa va de
“sobaquillo”). Herrero, tan conjuntada en vestimenta y ornamentos, engalanada
con buen gusto hace honor a su entusiasmo por la fiesta, y hace un repaso de
cómo a su criterio han resultado algunos actos, sublima unos, y en otros hace
su análisis y como lo que va bajando la ofrenda y propone que se potencie, se
incentive más [ha de pensar que es un acto religioso, y la asistencia a Misa
por ejemplo…] y que la gente vaya sin necesidad de adscribirse a grupo alguno,
y no le gusta que la retreta derive en un macro botellón poco a poco, no
mereciendo para esto la pena; y al forastero alfombra roja.
Termina la velada festiva y el derroche de satisfacciones [pues claro, así
es, lleve quien lleve la manija, ¡tratándose de fiestas!].
Afable
Perona
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