
He dicho en alguna ocasión que me precio de tener muchos amigos, y los tengo en todas aquellas ciudades donde he tenido la dicha de residir, que han sido 10, de 6 Regiones distintas y distantes.
Y llegan estas fechas y los primeros que acuden a la mente son todas aquellas personas a las que quieres, a las que deseas toda la felicidad del mundo para ellos y sus familias.
Y mira por donde uno de esos amigos, aprovechando la felicitación, me ha enviado por el correo electrónico unas imágenes que me han hecho recapacitar y me han mostrado, y demostrado, que todavía existen personas con el corazón más grande que la Catedral de Santiago -cito la de Compostela por ser Año Jubilar ya que podría nombrar cualquiera de las muchas maravillas que poseemos en España-.
Esas imágenes están hechas en la Estación de Autobuses de mi pueblo; allí pernoctaban -envueltos en cajas de cartón- casi dos centenares de personas que por no tener no tenían ni comida.
Pero estos pobres seres ignoraban que en ese pueblo andaluz hay hombres y mujeres cuya generosidad no tiene límites y que al conocer la situación de estas personas, se reunieron para buscar ropas y alimentos y que pudieran pasar las Navidades en mejores condiciones que las que tenían, que pudieran cubrir sus cuerpos y llenar sus vacíos estómagos.

Pero no crean ustedes que se limitaban a llevarles un bocadillo y un refresco, no, en media docena de hogares les hacían potajes de garbanzos o judías, calandrajos, arroces y para los desayunos leche con Cola Cao y madalenas, dulces y zumos.
Les llevaron chaquetas, camisas, pantalones, camisetas, calcetines, guantes, gorros, zapatos, botas y mantas para que pudieran dormir. Comenzaron atendiendo a 120 y al finalizar eran ya más de 150 a los que socorrieron.

Queridos lectores: Quisiera que pudierais ver las imágenes de esos africanos, la mayoría senegaleses, vestidos con harapos, tirados sobre las frías baldosas del recinto y reflejándose en sus rostros el padecimiento por el hambre y el frío. Habían llegado desde sus lejanos países para trabajar en la recolección de la aceituna y nadie los había contratado, porque sobraban ya que no había trabajo para tantos.

Siempre me he sentido orgulloso de mi tierra -como cualquier otra persona, ni más ni menos-, pero ahora me llena de orgullo saber, aunque ya lo conocía, que hay gentes que no dudan en dejar su casa, su familia, su cena en la Fiesta del Niño Dios para que los desfavorecidos puedan también celebrar nuestra Navidad, y si no celebrar, porque tal vez no sean cristianos, por lo menos quitarles el frío y el hambre.

Y yo me pregunto: ¿Dónde estaban y qué hacían las ONGs y las Autoridades municipales?
ResponderEliminarTal vez celebrando la Navidad con una opípara cena y cantando villancicos.
¿Y los señoritos? ¿Y los opulentos? ¿Y los que recogen miles y miles de kilos de aceituna?
Sus estómagos estaban llenos pero sus conciencias vacías.
Y yo me pregunto: ¿Dónde estaban y qué hacían las ONGs, las Autoridades municipales y la Iglesia?
ResponderEliminarTal vez celebrando la Navidad con opíparas cenas y cantando villacincos.
¿Y los señoritos? ¿Y los opulentos? ¿Y los que recogen miles y miles de kilos de aceituna?
Sus estómagos estaban llenos pero sus conciencias vacías.
Desde mi atalaya, situada en lo más alto del Peñón de Navazalto, miro el hermoso valle por donde discurre el Guadalquivir y se asienta Mogón.
ResponderEliminarSigo mirando y a lo lejos diviso Villacarrillo, encumbrado en La Loma, con sus callejuelas y sus gentes, algunas de ellas portando enormes ollas, cacerolas y platos.
Se dirigen a la Estación de Autobuses donde se amontonan cientos de africanos tiritando de frío y de hambre. Les llevan alimentos, ropas, calzados y mantas para que mitiguen el dolor de su estómago vacío y la tiritera.
Son docena y media de hombres y mujeres campiñeses que no pueden olvidar el mensaje de Jesucristo: Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Lo estuvieron haciendo casi un mes entero, tres veces cada día, y para ello recorrieron las calles y plazas del pueblo pidiendo dinero, ropas, calzados y alimentos que después cocinaban y se los llevaban a la Estación.
Espero que sirva de ejemplo a los meapilas de la Asociacion Adoradora Nocturna.
Estos hombres y mujeres no se dan golpes de pecho, dan golpes a las conciencias de los fariseos.
Amigo Frasquito: Esa misma pregunta nos hacemos mas de una persona,donde se meten las autoridades locales.- Las O.N.G. y gente que se precia (fariseos) de ayudar a quien lo necesita, naturalmente como no sea castigandolo a pasar hambre, pues siempre hay y los seguirá habiendo que se vuelquen en estas nenesidades de estos hermanos nuestros aunque no sean de la misma religión ni del mismo color.Yo desde este comentario les apoyo a que sigan ayudando a estos hermanos que tanto necesitan. Y si hay una cuenta abierta en algún Banco que comuniquen el número para aportar mi pequeña ayuda para esta causa. que con dinero se compran muchas cosas.-
ResponderEliminarEn una ocasión Jesucristo dijo: "A VUESTROS HERMANOS POBRES OS LOS ENCOMIENDO", pero parece ser que entendimos mal el mensaje. Para mi que entendimos "A VUESTROS HERMANOS POBRES, IROSLOS COMIENDO", y claro así nos luce el pelo.
ResponderEliminarNunca está de más, por ser de justicia, señalar y agradecer la extraordinaria labor que realiza Cáritas en atención a los más necesitados en esta época de recolección. Hemos sabido por algunos medios que durante el pasado 2009 se ha incrementado el número de personas que se han acercado a Cáritas solicitando ayuda básica para subsistir, alimentos y productos de primera necesidad. Se trata de familias jóvenes, parados recientes y mujeres solas principalmente. Cáritas es una organización de la Iglesia Católica que radica en cada una de las parroquias.
ResponderEliminarAtienden a todo el que llega y, que yo sepa, no ponen como condición previa ser de ningún tipo de religión, raza o ideología política. Muchas de estas personas atendidas han sido remitidas desde las administraciones públicas, sobre todo desde los ayuntamientos, que no han podido auxiliarles. Los recursos económicos de Cáritas precisamente “no caen del cielo”, proceden de las aportaciones de los fieles católicos en las colectas y de la casilla que muchos marcan en su declaración de la Renta. Sin Cáritas mucha gente no tendría nada de nada.
Por tanto, cuando a muchos partidos políticos o ciudadanos particulares se les calienta la boca contra la Iglesia, los obispos, los curas y monjas, podrían pensar en esta labor de la Iglesia, que no todo son misas o procesiones y, cuando aparece ese laicismo militante políticamente correcto dentro del Gobierno de España, tan sensible, por otra parte, a irse al quinto pino a repartir nuestro dinero, podrían exigirle –incluso con una manifestación– quedarse más cerca y dárselo a los ayuntamientos para que al menos puedan imitar e incluso exceder la desinteresada labor de Cáritas. Por amor a quien atiende, Cáritas a la gente, a Dios o al prójimo.
Señor Sarapioca: Estoy con usted en lo referente a la labor humanitaria de Cáritas, que es una ONG de la Iglesia.
ResponderEliminarSabemos que en muchas ciudades atiende a miles de gentes que carecen de todo y eso hay que reconocérselo, pero ¿Ha sido así en Villacarrillo? ¿Y la Cruz Roja?
Durante todo el mes de diciembre esas pobres gentes dormían sobre cartones en la Estación y faltos de alimentos y nadie se preocupó de ellos, nada más que esos ciudadanos que no pertenecen a ninguna ONG, solo a la de su conciencia cristiana.
Es a estos hombres, mujeres y niños a los que se retrata en el artículo, si lo hubiran hecho las ONGs no se hubiera dicho nada porque es su obligación.
¿Y llevarlos al Médico y pagarles los medicamentos lo hubiera hecho una ONG?
Desde mi modesta opinión, solo opinión, lo que han hecho estas personas es digno de relatar y agradecer que siga habiendo personas así, entre tanta porquería, como usted sabe, que hay en toda la sociedad. Saludos cordiales.