
La política económica de José Luis Rodríguez Zapatero me recuerda a la del anterior régimen en el que ciertas empresas tenían privilegios en su gestión. Unas porque eran de ciertos personajes, adeptos al régimen, otras porque eran de la misma familia del Jefe del Estado (de la suya o de la de su mujer) y las terceras porque eran públicas y daban empleo a muchos trabajadores.
Pero el Jefe de Gobierno de ahora (que se dice de izquierdas) no debería seguir defendiendo una economía proteccionista, casi idéntica a la que teníamos antes, protegiendo a ciertos personajes o familiares de este o aquel otro. Nuestra economía liberal y capitalista es lo suficiente despiadada como para que tenga un gobierno que salir en su ayuda, por un lado, y beneficiar a ciertos empresarios o corporaciones, por otro; socializar las perdidas pero permitir que los beneficios sigan siendo privados, no es una política social ni socialista. O capitalismo o socialismo; o empresas públicas o privadas; o el trabajo es lo primero o lo es el beneficio especulativo.
Los planes de ayuda y subvenciones a los distintos sectores de la economía española (Banca, Cajas de Ahorro, empresas de Automoción, Audiovisuales, Construcción de Obra Pública, etc.), los pagamos a la fuerza los contribuyentes, pero no todos por igual ya que las grandes fortunas cada vez son menos contribuyentes a las arcas del estado; por ejemplo lo ricos de las Sicav creadas Felipe González (otro que se las daba de izquierdas), tributan al 1% mientras que los trabajadores de a pié, los asalariados que llegan a fin de mes a trancas y barrancas, el autónomo que arriesga sus ahorros y su trabajo del día a día y no consigue mas que subsistir, el que menos cotiza al 18 o 20% y el profesional de élite, el empleado de lujo que por su responsabilidad y cualificación puede tener nominas de cuatro o seis mil euros al mes, lo hace al 35 o 40% (casi la mitad de sus ingresos). Nada que comparar con, por ejemplo, el impuesto de sociedades que es del 30% (a excepción de los pseudo paraísos fiscales del País Vasco y Navarra en los que es del 28%). Además las rentas de capital ahora cotizan sumadas a las del trabajo, en vez de hacerlo con tarifa aparte, y por tanto se equipara fiscalmente el esfuerzo a la especulación.
Volviendo al principio; se ayuda a la banca para que, en teoría, tengan suficiente liquidez y sigan prestando diner

Eso de dar dinero a la banca no es bueno porque lo que realmente hace con ese dinero (todo o parte) es comprar la Deuda Pública que emite el Estado; deuda emitida para poder financiarles esas ayudas, deuda que prima más que lo que les cobra a los bancos por el dinero cedido. Negocio redondo.
A las cajas de ahorro también se les da dinero y obliga a fusionarse porque verdaderamente están en quiebra. Al estar regentadas por los ex altos cargos de la administración estatal, autonómica o local, (retirados seguramente por incompetentes y recolocados por amiguismo) están dispuestos a firmar cualquier cosa, prestar dinero a los acólitos, incluso a sabiendas que no lo iban a devolver (porque nunca podrían o porque no pensaban hacerlo), invirtiendo en experimentos financieros peligrosos o subvencionando proyectos políticos ridículos, aeropuertos fantasmas y tantos otras aberraciones financieras. Así con ese dinero y una política benébola del Banco de España se les tiene lejos de la justicia, no sea cosa que no quieran irse a la cárcel solos.
Se ayuda a un sector, como el del automóvil, que si por algo se caracteriza es por estar coactando continuamente a las administraciones públicas con amenazas de cierre o deslocalización. Se subvenciona todo tipo de gamas y todo tipo de fábricas. Da igual si están en España, en Europa o en países del Asia esclavizadora. En esta nuestra España quijotesca ayudando a todo el sector del automóvil mundial. A marcas con factorías aquí y en Corea. Que machotes somos.
Dicen desde el gobierno que se promociona la obra pública productiva. Y un carajo, que el AVE no es productivo. En vez de mejorar el transporte mercancías por ferrocarril y luchar contra la contaminación y efecto invernadero, se malgasta el dinero, que no tenemos, en AVE’s y autopistas (con peaje o sin él) para que sea mejor viajar en tren las personas y por carretera las mercancías, rindiéndose a las mafias del transporte. Eso sí, en AVE solo los ricos porque al precio que está este tipo de tren, no hay Dios que lo coja. Bueno sí los amigos del PSOE al que tanto tienen que agradecerle su riqueza y plusvalías.
Zapatero está haciendo que del reparto de la riqueza (33% naturaleza, 33% mano de obra y 33% capital invertido) el capital se llevela parte del león, la mejor parte ya que salarios y condiciones laborales cada vez perores y de Kioto mejor no hablar, que vamos de mal en peor. Con izquierdista como estos no necesitamos a los de la derecha. Al menos en la época de Franco sabíamos quien se llevaba la taja, pero nos tenían amenazados y amordazados; ahora nos tienen consentidos y adormecidos que es peor. Y las ayudas que recibían las empresas del famoso INI, que eran públicas y daban mucho trabajo se consideraban justificadas; mejor gastar así el dinero público en ayudar a empresas públicas que no en dar los subsidios a las privadas y encima mal gestionadas, ¿No?
Por si faltaba poco a Gracia quieren ayudar; que seguro allí también alguien(es) se ha(n) llevado el dinero, (porque el dinero ni se crea ni se destruye, tan solo cambia de bolsillo o de cuenta corriente). Y seguro que para eso habrá que subir algún otro impuesto de los que pagamos los pobre. Si esta vez no es el IVA será el de los carburantes. Todo menos poner un IVA de lujo, grabar las grandes fortunas, volver a poner el impuesto sobre el patrimonio de ricos o aumentar la cotización sobre los beneficios dinerarios o rentas del capital (así incluso se lucharía contra la economía especulativa, que impera frente a la productiva), luchar de verdad contra el escandaloso fraude fiscal (pero el de los ricos que es el sustancial que a los pobres como no sea algún iva no cobrado, pero escaso).
Seguimos quitandoles a los pobres para dárselo a los ricos.
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