El bello pueblo de Sorihuela del Guadalimar, asentado al comienzo de la llamada Comarca del Condado, en la provincia de Jaén, aunque perteneciente a la Comarca de Las Cuatro Villas porque tiene una parte de su término municipal en la sierra de este nombre, tiene como Patrona a Santa Águeda, la bella italiana, nacida en Catania, que fue torturada hasta la muerte antes de ser amancillada por el Senador Quintianus.
Nuestro colaborador José María Redondo Tortosa está casado con una sorihueleña y conoce bien el pueblo, sus habitantes, sus costumnbres, sus formas de ser y su apasionado amor por Santa Águeda.
No hay un sorihueleño o sorihueleña, esté donde esté, habite donde habite que no sienta en sus adentros el inmenso amor por la Santa. Son muchos los emigrantes que acuden todos los años para las fiestas que se le hacen en su honor y cuando tienen que volver a su nuevo hogar jamás pueden contener las lágrimas.
¿Cuántas habrán derramado en el último medio siglo ese casi 60% de hombres y mujeres de Sorihuela que se vieron impelidos a dejar su tierra por la carencia de trabajo?
Uno de ellos, amigo de José María, es Juan Jiménez, hombre íntegro, caballeroso, honrado y amigo de sus amigos que desde hace más de 50 años reside en Algemesí y que no ha dejado ni un solo año de acudir con su esposa e hijos a su pueblo para rendir homenaje de amor a su Patrona. Para él también le compuso este poema que se inserta a continuación.
NO PUDO CONTIGO QUINTIANUS.
Por José María Redondo Tortosa.
Quintianus, el Senador,al ver tu hermosa figura
quiso hacer suya tu flor
pero tú seguiste pura.
No pudo con tu inocencia
y te mandó a un lupanar,
después, con mala conciencia,
tus pechos mandó cortar.
Fuiste virgen a la muerte
por tu enorme fe cristiana.
Tu amor a Dios te hizo fuerte
a una edad tan temprana.
Nos asombra tu entereza
pues Quintianus no logró
amancillar tu pureza
y Dios no lo permitió.
Ni el martirio te importó
siendo tan joven y bella
y en Catania floreció
desde aquel día una estrella.
En Catania se te adora,
Sorihuela te venera;
la Corte Chica te implora
que vuelvan los que está fuera.
Para un pueblo olivarero,
muy andaluz y jaenero,
su Patrona es lo primero
el día cinco de febrero.
ESTA VELA ES DE MI MADRE.
Por José María Redondo Tortosa.
A mi buen amigo Juan Jiménez “Lunares”.Por la senda que lleva a Sorihuela
se acerca hasta la villa un emigrante
que un día se marchó, siendo un infante,
a ofrecer a Santa Águeda una vela.
Al llegar se arrodilla ante la Santa
y de sus ya cansados ojos surgen
lágrimas que como el oro refulgen
y un nudo le atenaza la garganta.
¡Ya estoy aquí, Santa Águeda bendita!
Esta vela mi madre la compró
pero antes de fallecerme me encargó
que algún día te hiciera una visita.
Me dijo que la vela la encendiera
y que te la ofreciera con amor,
que dijera que siempre te rezó
soñando con volver cuando pudiera.
Y no pudo venir porque la muerte
la sorprendió una triste mañana
cuando, sentada ante una ventana,
suspiraba porque quería verte.
Mi madre me pidió que te cantara
y me enseñó a rezar por ser creyente.
Aun tengo sus palabras en la mente:
Nuestra Patrona siempre nos ampara.
Si supieras cuantos sorihueleños
no han podido venir para mirarte,
para decir que te aman y rezarte
porque siempre te tienen en sus sueños.
Santa Agueda Virgen y Martir
ResponderEliminarSi hemos de creer a las Actas, ya de antes Quinciano, el procónsul, se había enamorado de Agueda, "cuya belleza sobrepujaba a la de todas las doncellas de la época". Esta había rechazado siempre sus pretensiones, y ahora el desairado gobernador se prometía reducirla intimándola con la persecución y los tormentos a que se hacía acreedora por su constancia en defender la religión cristiana.
Obedeciera o no a esta medida, el hecho es que Agueda, como tantos cristianos de la isla, fue llevada ante el tribunal para que prestara también su sacrificio a los dioses. La Santa no teme a la muerte, pero le hacen temblar los infames propósitos del gobernador para hacerla suya. Decidida y llena de fe y de confianza, ofrece de nuevo al Señor su virginidad y se prepara para el martirio.
No eran éstos, sin embargo, los propósitos inmediatos del procónsul que, para forzar su voluntad e intimidarla, la pone en manos de una mujer liviana y perversa, y en compañía de otras de su misma deplorable condición. Durante treinta días estuvo la Santa sufriendo duramente en su sensibilidad, pero no pudieron desviarla de seguir en su propósito de esposa de Jesucristo.
Desengañado, el procónsul manda llamar a Agueda a quien increpa ásperamente: "Pero tú, ¿de qué casta eres?" "Aunque soy de familia noble y rica-le contesta-, mi alegría es ser sierva y esclava de Jesucristo".
Estos poemas de José Mª Redondo, encajan y se adecuan perfectamente al perfil de la Santa y sus devotos. Enhorabuena José María
Yo animo a los lectores de este foro a que visiten el bello pueblo de Sorihuela del Guadalimar; se maravillarán de sus calles, de sus plazas y, sobre todo, de la belleza de la imagen de Santa Águeda.
ResponderEliminarEsta Santa, lo mismo que la Virgen de Belén para los almanseños, es idolatrada por los sorihueleños y sorihueleñas y el día que se la procesiona, el 5 de febrero, es todo el pueblo, grandes y chicos, los que van a su alrededor gritando "VIVA SANTA ÁGUEDA BENDITA".
A ver si los socialistas son capaces a quitar estas costumbres del pueblo a sus Patronos. Lo quieren hacer con los Crucifijos en las escuelas pero jamás podrán con las añejas creencias, que tanto nos definen y nos enorgullecen.