
Por Evaristo Pitaluga i Poveda
No vayamos a pensar que esta mujer pretenda matrimoniar con la Familia Real Británica pero sí que Ana Bono fue aquella noche una más entre las más grandes.
Junto a Cayetana Fitz-James (Duquesa de Alba), que encabezaba la comitiva española junto Isabel Preysler (embajadora e icono del imperio Porcelanosa), Eugenia Martínez de Irujo (hija de la Duquesa de Alba), Nuria Fernández-Tapias (esposa del empresario y magnate de la construcción Fernando Fernández Tapias e hija de un Diputado del PP), María Chávarri (bisnietas del conde de Romanones), su esposo Javier de Soto y Fitz- James-Stuart (sobrino de Jaime Fitz-James Stuart emparentado con la Casa de Alba, duque de Peñaranda, dueño de Guadalperal y de una inmensa fortuna), Luis Alfonso de Borbón (hijo del Duque de Cádiz y de la nieta de Franco) y Cayetano Rivera Ordoñez (torero e hijo de Paquirri y Carmen Ordóñez), asistió a una lujosa y exclusiva gala en el palacio de Buckingham, organizada por el príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa, Camilla Parker, a beneficio de su fundación Children and the Arts u y amenizada por la Orquesta Filarmónica de Londres.
Carlos de Inglaterra agradece, con este tipo de eventos, las donaciones realizadas para su fundación por empresas y particulares, que aprovechan, a su vez, la velada para reforzar su imagen de marca. Porcelanosa fue una de ellas.
Todo lo anteriormente relatado no tendría más interés que el que los periodistas del papel couché le quieran dar si no fuera porque, según información facilitada por El Confidencial, todos los gastos de Ana Bono fueron por cuenta de la marca Porcelanosa. Tampoco tendría el más mínimo interés, así de forma aislada, si no fuera porque esa misma marca ya financió con 284.000 euros parte de las obras que en el hipódromo “Hípica Almenara” (propiedad de José Bono al 80% y de Ana Bono y sus tres hermanos el 20% restante), realizara en 2.004 una empresa del constructor Francisco Hernando, “El Pocero”. (promotor de la macro ciudad levantada en Seseña, sin agua ni servicios, con la aprobación de la Junta de Castilla-La Mancha entonces presidida por Bono); 180.000 euros para instalar la torre publicitaria de Porcelanosa, de 17 metros de altura, y los otros 104.000 para obras ajenas a la publicidad de la hípica (reformar la pista de saltos, las gradas para el público, el alcantarillado y el aparcamiento, y en construir estancias para los empleados), a los que hay que añadir otros 404.000 sufragados por otros anunciantes, entre los que destacan Beatriz Hoteles (90.000 euros), Seguros Pelayo (30.000 euros) y Banco Santander, Coca-Cola, Endesa, Telefónica, Mahou, etc..
Básicamente, el funcionamiento del negocio es sencillo: Oxer Sport SL, empresa dedicada a la organización y esponsorización de eventos hípicos, cede las retransmisiones ya editadas de las competiciones de manera gratuita a TVE, que a cambio se compromete a su emisión, beneficiándose de la cobertura de la cadena pública nacional para atraer anunciantes y fijar, en función de la audiencia, sus tarifas publicitarias.
Quizás no se entienda que hay detrás de este tema porque publicitarse en esa hípica resulta quizás algo caro ¿No? Lo que llama poderosamente la atención es que, según las noticias de “El Confidencial”, José Bono se saltó la ley (artículo 24 de la Ley de Carreteras del Estado concretamente) para poder financiar su sociedad hípica consiguiendo, de esta manera, jugosos ingresos económicos, ante la pasividad del Ministerio de Fomento, ya que, según el citado artículo, desde 1988 está prohibido colocar vallas publicitarias en las veredas de las carreteras estatales, por lo que el anuncio de Porcelanosa disfruta de una amnistía sólo comparable al famoso toro de Osborne.
Concretamente dice la Ley: "fuera de los tramos urbanos de las carreteras estatales queda prohibido realizar publicidad en cualquier lugar visible desde la zona de dominio público de la carretera, sin que esta prohibición dé en ningún caso derecho a indemnización". Por ello y como la hípica de Bono, que se ubica en un tramo interurbano de la Nacional-400 (Toledo-Ocaña), concretamente en el punto kilométrico 7,300 de la carretera, la valla publicitaria de Porcelanosa vulnera flagrantemente la Ley de Carreteras del Estado y el Ministerio de Fomento, dirigido ahora por José Blanco, sigue haciendo la vista gorda.
El negocio de la hípica no es otro que el patrocinio y la publicidad, siendo el propio José Bono quien lo gestionaba pidiendo personalmente los fondos a una docena de grandes empresas, valiéndose de la tupida red de influencias que fue tejiendo durante su etapa como presidente de Castilla-La Mancha, más tarde como ministro de Defensa y, desde 2008, como presidente del Congreso de los Diputados.
Y realmente el negocio funciona. En los últimos cuatro años ha generado más de 1,2 millones de euros, así de sencillo. Llamaba directamente a las empresas y estas contrataban la publicidad en las vallas publicitarias instaladas en el recinto, pagando un canon anual por anunciarse en ellas y también patrocinaban los torneos y concursos hípicos. Todo ello saltándose nuevamente la ley a la torera; en este caso una ley suya, que él mimo aprobó y entro en vigor en 1.997, la “Ley del Gobierno y del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha” que regula en su capítulo 1, bajo el epígrafe Del Estatuto del Presidente, las funciones, prerrogativas e incompatibilidades del presidente autonómico, y señala en su artículo 3, que el cargo que éste ocupa "es incompatible con el ejercicio de cualquier otro cargo público, excepto el mandato de diputado regional, y con toda actividad profesional o mercantil", ya que el 14 de mayo de 2001 se constituyo Hípica Almenara, S. L. como sociedad mercantil con ánimo de lucro.
También el empresario Rafael Santamaría, dueño de la inmobiliaria Reyal e íntimo amigo del presidente del Congreso, obsequió con dos caballos de competición a la hípica, llamados Farceur du Haul y Jikael de la Babette, que fueron registrados a nombre de una de sus empresas Rafael Hoteles S.A.
A la invitación al palacio de Buckingham hay que añadir otras invitaciones para que la familia Bono – Rodríguez ascienda más social y económicamente; al viaje y la estancia a gastos pagados de Ana Bono en Londres, costeado todo por Porcelanosa, hay que añadir un crucero de lujo a bordo del transatlántico Queen Mary, desde Southampton (Reino Unido) hasta Nueva Cork, en compañía de personajes como Chiquito de la Calzada, Gunilla von Bismark, Bo Derek o Sara Ferguson, sufragado también por la firma castellonense de Manuel Colonques.
Recordemos también que la boda de su hija Amelia Bono con Manuel Martos (hijo del cantante Raphael y la aristócrata Natalia Figueroa) en 2.008, fue todo un acontecimiento social. Se celebró en El Cigarral del Santo Ángel de Toledo, corrió a cargo de Beatriz Hoteles, (empresa patrocinadora de la hípica de Bono); entre otros asistieron Pedro J. Ramírez y Agatha Ruiz de la Prada, David Bisbal, Genoveva Casanova, Luis María Ansón, Juan Pedro Hernández Moltó, María Teresa Campos, el matrimonio Tous, Lina Morgan, Paloma San Basilio, Carlos Baute o José Luis Perales junto a 700 invitados más, políticos del PSOE y del PP incluidos, y que algunos comentaron que el político socialista podía haber pecado de la misma arrogancia que José María Aznar con la boda de su hija en El Escorial. De abogado laboralista a anfitrión de bogavante, solomillo de ternera, saquito de chocolate blanco con tocino de cielo y crema de queso con piñones.
Yo trabajé con esa niña y te puedo decir que te has quedado muy muy pero muuuy corto.
ResponderEliminarLo que hay detras de eso no es competencia de los "mortales".
..... y como persona deja mucho que desear.
(igual que el padre; de tal palo, ......)