GRACIAS POR LA HERENCIA QUE ME DEJAS

Por Armando Gresca y Lío. Con la frase que he puesto por título a este artículo encabeza su mensaje un amigo muy querido, paisano y residente en Badalona, o sea, emigrante como yo. Nos conocemos hace relativamente poco tiempo, pero no personalmente sino por el correo electrónico y desde hace unos meses por Skipe. Nuestra amistad se inició como consecuencia de que otro paisano, y también amigo, residente en Tarragona nos pusiese en contacto y desde entonces nos carteamos y hablamos cuando hay alguna noticia que nos interesa a cualquiera de los tres. Tanto uno como otro son de esa clase de personas con las que se puede ir hasta el infierno, sin exagerar podría decir que son hombres de los de antes, de los que jamás te fallarán, de los que saben valorar la virtud de la amistad como se ejerce en mi tierra, con sinceridad y generosidad. Esto no quiere decir que esta hermosa virtud no la practiquen en otras latitudes, pero es que como los campiñeses hay pocos y si encima son de los que ya peinamos canas, miel sobre hojuelas. Los dos son hombres inquietos, agradables en el trato, sinceros, honrados, caballerosos, en una palabra: son de los que yo quiero tener siempre a mi lado. He dicho inquietos y es por algo; José de la Torre es un informático como la copa de un pino, no se le pone nada que no sepa resolverlo. Ha confeccionado 5 pps con poemas míos y fotografías de nuestro pueblo y su comarca que son dignos de ver, a mí particularmente me han obligado a derramar muchas lágrimas porque los recuerdos y las añoranzas son muchos ya que la emigración ha sido, es y será muy cruel con quienes tenemos la desgracia de padecerla. Sebastián Moya es un enamorado de la fotografía; ignoro las miles que debe tener en su archivo; me ha mandado por el correo electrónico muchas, en alguna aparezco yo cuando correteaba por las plazas y calles de mi pueblo, y casi no me reconozco. ¿Qué mala pasada nos hacen los años?: Se llevan la tersura de la piel, el pelo, las pestañas, la limpieza de la mirada y… Y yo les correspondo mandándoles poemas dedicados a nuestro pueblo, a nuestra tierra de olivos, a las fiestas. Entre ellos hay uno que tiene 144 versos y 65 personajes, hombres y mujeres que se hicieron célebres en nuestro pueblo por alguna singularidad. Sebastián está empeñado en conseguir una fotografía de cada uno de ellos para fijarla a la cuarteta y que José haga un pps con todo el poema y los personajes. Creo que lleva el trabajo muy adelantado pero mucho me temo que no va a conseguir fotografías de todos ellos, son muchos los años transcurridos y en aquellos años no había la facilidad, ni los medios que existe hoy para fotografiarte. Pero como lo conozco y sé que, entre otras, posee las virtudes de la tozudez, del tesón y la paciencia, creo que al final conseguirá lo que persigue. Para lograr lo que se propone debe hacer muchos viajes a nuestro pueblo y desde Badalona, donde reside, a Villacarrillo debe haber unos 730 kilómetros, o sea, que tiene que hacer 1460 kilómetros para conseguir alguna foto, pero su tozudez puede con todo. Voy a copiar, para que comprueben lo que es la auténtica amistad, lo que me dice: “Mi muy querido amigo J.M.; es tanta la generosidad que tienes hacia mi persona, en hacerme poseedor de tan precioso tesoro, de un valor incalculable, que me siento muy honrado en ser tu guardián del mismo y fiel propagador del mensaje a los cuatro vientos, para poder enriquecer culturalmente a todos aquellos que se presten a escucharme en la lectura de los mismos. Un fuerte abrazo”. Amigos José y Sebastián, sois algo más jóvenes que yo pero quisiera, antes de marcharme al otro barrio, estar unos días con vosotros, en nuestro pueblo, y patear las piedras y baldosas de aquellas calles que nos vieron caminar entre risas y llantos, entre alegrías y penas, entre sollozos y algarabías. Y tomarnos unos chatos de fino con una ración de ajo brollo o picadillo. Que Dios os bendiga.