Poemas ripiosos eróticos-irónicos-festivos (LVII)

 - El artículo que va a ver puede incluir contenido sólo apto para adultos - 

Distinguidos lectores y lectoras, sabemos de antemano que esta nota les va a causar espanto y desazón.


Sí, desazón porque ya no podrán leernos, no podrán seguir disfrutando de nuestros versos ripiosos y todo por culpa de alguien que no nos ha dado lo que nuestro desprendimiento y nuestra alcurnia se merecen, que es un reconocimiento a nivel nacional, como mínimo.

Antes de tomar esta determinación hemos contactado con nuestros predecesores, los ilustrísimos señores Conde de Pollargol y Condesa de Nabocol, que se encuentran chupando de la teta de la vaca gubernamental, para ver si nos podían ayudar y nos conseguían un puesto como el que ellos disfrutan, pero nos han hecho un corte de mangas.

Ni la sanre, ni el talento ni pollas en vinagre han conseguido una sinecura para nosotros y hemos decidido tirar por la calle de en medio y mandarlo todo al carajo.

Así que el señor Eva se las arregle como pueda y si consigue que alguien ocupe nuestro lugar, que va a ser muy dificil, que lo haga y santas pascuas.

NOTA DEL CAFELITO.
Nos ha dolido la marcha del Vizconde de Bolo Gordo y de la Vizcondesa de la Raja Grande; han sido dos personajes clave en esta sección, y al paso de las balas nos hemos puesto a buscar alguien que los pueda relevar y mira por donde nuestro amigo el Tío Frasquito ha sido quien nos ha dado las señas del Principe del Chilindrón (polla chica y maricón) y nos hemos puesto en contacto con él para que sustituya a los Vizcondes, habiendo aceptado y remitido su primer trabajo, que insertamos a continuación.

TERMINÓ DE CORTIJERA. (1ª parte)

Para nuestro simpar amigo el Cerolillo.

Por el Principe del Chilindrón (polla chica y maricón).

Estuvo con el vejete unos diez años y pico mientras que tuvo el mocico como faca de Albacete. Le sacó mucho dinero porque el tío estaba enchochado y lo dejaba atontado cuando se comía el puchero. La esposa no receló, al despedirse la nena, y sintió bastante pena cuando la tienda dejó. No sospechó tan siquiera que su hombre la mantenía y que un par de horas al día follaba como una fiera. Pero tenía que llegar, y de hecho un día llegó, que al tío no se le empinó y no la pudo follar. Y en el quinto gatillazo la nena lo echó a patadas pues solo quería mamadas y se ponía muy pelmazo. Porque la chica deseaba correrse cuando follaba, pero la picha ya estaba como el moco de una pava. Y entonces fue y lo pensó y se dijo: Este chumino puede que me abra el camino y me llene el libretón. Se anunció en al prensa escrita y también por internet y empezaron a llover folladores tras la cita.

Ochenta euros cobraba por una hora en la cama y enseguida adquirió fama por lo ardiente que follaba. Seis días de la semana, a cinco polvos por día, la treintena le salía follando en tarde y mañana. Un millón seiscientas mil de las antiguas pesetas les sacaba a las braguetas y solo en el mes de abril. Echó cuentas y se dijo que en un año ganaría mucha pasta y que podría hasta comprarse un cortijo. En diez años se forró y cuando cumplió cuarenta puso la vivienda en venta y a su pueblo se marchó. El dinero lo invirtió en las Letras del Tesoro y en buenas joyas de oro que en caja fuerte guardó. Con dinero a plazo fijo, dividendos e intereses, pasados unos seis meses compró finca con cortijo. Tres mil hectáreas de olivos, de secano y regadío, y pensó: Todo esto es mío por follar sin dar recibos. Pero era joven y hermosa y la almeja le picaba, y cuando el deseo llegaba pataleaba furiosa.