Poemas ripiosos eróticos-irónicos-festivos (LXI)

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LA SENEGALESA. (3ª PARTE)

Para el señor Marqués del Huevo Duro.

Por el Principe del Chilindrón (polla chica y maricón).

Cierto día se enteró que se vendía un cortijo y el dinero a plazo fijo lo retiró y lo compró. Y al padre de los gemelos, el andaluz del pollón, encargado lo nombró porque le comían los celos. Desde que la desvirgó se encaprichó del muchacho porque era un tío muy macho y siempre lo demostró. Y un día decidió traerse a toda su parentela, porque estaban a una vela sin tener pan que comerse. Entre sus padres y hermanos eran más de dos docenas, a los que quitó las penas pues vivían como marranos. El andaluz enseñó a los hermanos mayores a trabajar las labores y nadie se escaqueó. Ella enseñó a sus hermanas, que eran doce en total, a coser y a cocinar y a que lo hicieran con ganas. No tuvo que contratar a ningún trabajador porque eran un montón y empezaron a faenar. Los padres de la negrita no quisieron preguntar de donde pudo sacar para comprar, tanta guita. Tampoco le preguntaron quien le hizo los dos nenes y que llevarían los genes de alguno que la follaron.

Del andaluz sospechaban porque a él se parecían ya que la piel la tenían tan blanca, que recelaban. Un día vieron a su hija con el muchacho andaluz, sobándole el arcabuz y enseñarle la rendija. Poco después, en la alcoba, los lamentos se escuchaban y los padres preguntaban: ¿Qué estará haciendo la loba? Por la tarde y en la siesta, se metían en la cama, ella con el chocho en llama y él con la polla enhiesta. Varias de sus hermanitas, sobre todo las mayores, también tenían sus picores y en la cama hacían sus cuitas. Eran tres y se enteraron que el andaluz la follaba y que caprichos le daba, por eso le preguntaron. Este tío me pertenece y solo conmigo folla, que nadie piense en su polla pues solo conmigo crece. Y el andaluz, que era un macho, al enterarse del tema quiso evitar el problema atusándose el mostacho. Y en el establo se hallaba, echando pienso al ganado, cuando vio que por un lado una de las tres llegaba.