LAS VICISITUDES DE UN EMIGRANTE EUROPEO CON PAPELES.

Por el Tío Frasquito.

Salsipuedes era un mozo guapetón, simplón y muy peludo, o sea, velludo. Pero su bocha, o sea, cabeza no la tenía en su sitio, o sea, encima de los hombros.

Salsipuedes era hijo de Salsientras de la Puta Perra y de Salsillevas de la Gorda Chocha de ahí que su nombre completo fuera el de Salsipuedes de la Puta Gorda.

Era una familia originaria de un pequeño país de la Europa europea en el que todavía imperaba, mandaba y gobernaba el gobierno gubernamental del desgobierno. Es por eso que la familia de Salsipuedes, harta de tener que arrodillarse ante el Sumo Sacerdote, feote y gordote, y de su horrenda esposa la Sacerdotisa, lisa y paralisa, decidieron hacer los petates, allí no existían las maletas, y venirse para la España de Zapatero.

Llegaron a Tabanillos de los Almenares, pueblo de unos 15 habitantes, incluidos perros y gatos, y se empadronaron en el padrón peatonal.

Como Salsipuedes era un gran aficionado a Internet decidió darse de alta y se acercó a la oficina de la televisión local para que le instalaran el sistema de banda ancha.

La conversación entre Salsipuedes y el empleado fue de este tenor:

Buenas, quisiera que me informaran sobre Internet. Hemos adquirido una parcela junto a las Cuevas de Meca y, tras las correspondientes autorizaciones, permisos y otras zarandajas, entre ellas el visto bueno de la Hermandad de las Aguas Turbias, vamos a construirnos un chalet o casa de campo o chiringuito para vivir a nuestras anchas, o estrechas, según como venga la cosa desde las Altas Esferas, puñeteras y conejeras.

Y qué información necesita, le preguntó el funcionario.

Pues mire usted, si nos pueden poner Internet de manga ancha y que me diga qué dimensiones tiene dicha manga para que las ventanas, orientadas al extremos oriente, tengan capacidad para recibirla.

Pues mire, señor mío, en la zona donde usted me dice que se van a construir el chalé, casita de campo o chiringuito está en un sitio donde no llega la señal señalada por la señalización vertical, así que cójase un guevo con la tapa de una arca y después le reza una oración en caló a San Serenin de la Serenata y así no mete la pata.

Usted, caballero, la manifestó Salsipuedes algo cabreado, es que no sabe con quien se está jugando la pelleja, tenemos dinero negro para tapiar el Castillo y si se pone usted terco, mostrenco o pellejo le voy a dar una más grande que la que le dimos al Pedáneo de Quintanilla de las Algarrobas, que le dimos palos por arrobas.

Mire, Salsipuedes de los cojones, usted puede hacer todas las amenazas que quiera pero como de lugar a que me levante y me dirija a usted le voy a dar un soplamocos que le voy a quitar los piños de tres en tres, que así no seré denunciado como si se los rompo de dos en dos, porque al ser pares está castigado por la Ley de la Ofrenda y la Desmanda.

La cosa comenzó a ponerse sería hasta el punto que Salsipuedes decidió bajarse los pantalones y que el funcionario le estampase el sello correspondiente del pronto pago en el carrillo izquierdo del pompi.

Ya veremos que le pasará cuando intente la conexión con la Compañía eléctrica y con la de las aguas, bebibles y fecales.