MARUJA GARCÍA MOYA de “ADIDAC”
En su carnet de identidad figura la profesión de ama de casa pero los almanseños sabemos que también es autora de obras de teatro. Un teatro costumbrista, de fuerte arraigo popular y casi siempre moralizante. No en vano es el cerebro y el alma de ADIDAC, una asociación teatral que va más allá de los simples intereses de una compañía: es una escuela donde aprenden grandes y pequeños, una saga familiar de varias generaciones y un proyecto de vida que tiene atrapados a todos sus componentes. Después de haber actuado durante años por toda la región y haber sido relegados en su pueblo natal, desde hace algún tiempo son reconocidos y reciben el aplauso entusiasta y agradecido de sus paisanos.
¿Dónde y cuándo descubrió su afición a escribir?
Hace 25 años en unas Navidades con la finalidad de dar un incentivo a los jóvenes que comenzaban a descarriarse.
¿Qué lugar ocupa la escritura en su vida?
La escritura es una parte muy importante de mi vida. Con ella puedo saciar esa inquietud por conocer y descubrir que me ha acompañado desde muy niña.
¿Qué géneros literarios prefiere: poesía, relatos, novela, teatro…? ¿Por qué?
La verdad es que me gusta leer todo. Pero si tuviera que elegir me decantaría por el teatro y la poesía. Considero que el teatro es el género que expresa por excelencia la emoción humana y la poesía la belleza de todo cuanto nos rodea.
Enumere sus obras literarias.
Esos mundos de Dios; La aparición en el refugio; A través de la oscuridad; Tierras de orgullo; Al otro lado del puente; Zelma; El señorito Juanito; Dos manchegos en la capital; Pasión y muerte de Jesús de Nazaret; El taller de la Señá Engracia; Don Guillermito; Perdida en la ternura; Rosas Rojas en Otoño; Mi querida secretaria.
Cite algunos de sus autores y libros predilectos.
Mis gustos son muy variados: puedo leer desde un Otelo de Shakespeare a un Don Juan de Zorrilla. Me apasiona leer filosofía: La República de Platón, las cartas de Séneca o la obra de San Agustín. Pero también me gustan libros como los “Caballo de Troya” de J.J Benítez. Últimamente me he aficionado también a los Best Seller de Dan Brown.
¿Qué relación encuentra entre la lectura y la escritura? ¿Se puede escribir bien sin haber leído mucho antes?
Pienso que toda persona que se precie de escribir bien necesariamente tiene que tener buena información literaria. Pero no sólo esto es necesario y probablemente mi caso no es así. En mí pesa más el sentimiento que la cultura literaria.
¿Qué opina de los adelantos tecnológicos (ordenador, móvil, ipod, ipad, etc.) y sus posibles consecuencias en la formación y cultura de las personas?
Es un mundo en el que no he entrado, debido a mi edad. Cuando pude hacerlo perdí la oportunidad y no me he planteado estudiar cómo funcionan los nuevos aparatos tecnológicos (a excepción del teléfono móvil). Considero que el progreso trae cosas muy buenas; en este caso la rapidez con la que se transmite la información hoy en día es admirable pero todas las cosas buenas tienen su lado malo si no se saben utilizar adecuadamente.
¿En qué se inspira?
¡Por supuesto en las musas!
¿Para qué escribe Vd.?
Para expresar las inquietudes que me han acompañado desde que era niña. Me gusta plasmar en mi obra aquellas cosas en las que creo. Todas ellas tienen el toque moralista que me ha servido de guía en la vida y que considero necesario tener en cuenta en los tiempos que corren.
Según Vd., ¿qué esperan encontrar quienes asisten a una función teatral?
El público siempre es muy heterogéneo. Unos van por verdadera afición, curiosamente otros van a copiar ciertas cosas e incluso hay un sector que va al teatro para olvidar los problemas por los que están pasando.
¿Qué es “ADIDAC”: una escuela de arte teatral, un proyecto de vida, una saga familiar, un grupo de chiflados por el arte escénico…?
ADIDAC es simplemente un poco de todo.
¿Es el teatro el que copia la vida o es al revés?
Decididamente creo que es el teatro el que copia de la vida. No olvidemos que el teatro es un género literario, realizado para el deleite un público. Aunque contemos con la técnica de la improvisación, una representación no deja de ser previsible, estudiada y ensayada. La imprevisibilidad de la vida es lo que hace de la existencia del ser humano algo emocionante.
¿Qué siente cuando ha terminado una obra de teatro? ¿Y cuando la ve representada por sus hijos y nietos?
Cuando termino una obra de teatro siento la satisfacción de haber creado algo que pueda ser útil para los demás.
A la segunda pregunta respondería diciendo que es un gran orgullo, pero no es así ya que creo que el orgullo es la vanidad disfrazada. Por nada del mundo me gustaría ser vanidosa. En este caso diré que ver en una representación a mi hijo y a mis nietas es la mayor satisfacción que puedo sentir como madre y como abuela.
¿Qué obra desearía escribir y que todavía no ha escrito?
Si me hubiera hecho esta pregunta hace unos años no me lo hubiera pensado mucho: la vida de Jesús de Nazaret. Pero con esto ya me atreví hace unos años siendo consciente de la responsabilidad que conlleva escribir sobre un hombre tan grande que después de 2.012 años su idea todavía sigue vigente. Ahora me gustaría escribir una obra de teatro policíaca.
Lo que uno escribe, ¿le cambia la vida al escritor? ¿En qué sentido?
No. El equilibrio de mi vida no cambia por escribir o por no hacerlo. Simplemente lo hago por afición.
¿A qué escritores almanseños destacaría especialmente?
Me gusta mucho Juan Manuel Jurado.
Almansa es un pueblo con una larga tradición de actores y grupos de teatro. Hace un par de años se creó una semana nacional de teatro en Almansa. ¿Qué sugerencias haría a nuestros políticos para impulsar aún más las artes escénicas?
En primer lugar la presencia de éstos en cualquier evento escénico. Esa palmada en la espalda que da ánimos y que los que trabajamos en esto tanto agradecemos. Más que pedírselo a los políticos les pediría a los Reyes Magos esa importante ayuda económica que tanto necesitamos.
¡Muchas gracias, Maruja!
Cyrano de Bergerac, 30 de Enero de 2012.
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