¿COMO SE PUEDE SER DE IZQUIERDAS E INDEPENDENTISTA?

Por Evaristo Pitaluga i Poveda

Carlos Alberto Libânio Christo, más conocido como Frei Betto, (fraile dominico brasileño, teólogo de la liberación) dijo:

“Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o considerar una aberración la desigualdad social.”

¿Acaso los pobres extremeños o andaluces, los gallegos o castellanos tienen la culpa de la crisis que estamos sufriendo también los valencianos y los vascos, los catalanes y los canarios?

¿No es cierto que la máxima de la izquierda es la redistribución equitativa de la riqueza, la igualdad y la solidaridad de todos los seres humanos?

La izquierda está, debe estar, por encima de las nacionalidades y aquí no lo está. Ser de izquierdas es ser independiente de donde se es.

A los que verdaderamente somos de izquierdas lo único que nos interesa defender es la cultura, no las fronteras. Y, peor aún, aprovechar la crisis para reivindicar la secesión de los territorios en vez de propugnar una mayor unión, me parece más propio de la derecha y, por contra, los que más la propugnan son los que se llaman de izquierdas.

En la ex-Unión Soviética fueron las repúblicas más ricas las que se separaron porque así mejoraban su situación económica ya que no tenían la obligación estatal de ser solidarios con las repúblicas más pobres.

Fueron, son y serán países como los EE. UU. los que siempre estarán detrás de las secesiones, de las separaciones y de las divisiones de los territorios. Los mercados son realmente los que consideran que cada “pringao” aguante su vela y no tengan los ricos que ayudar a los pobres, incluso estando dentro de una misma frontera, poniendo distintas y diferentes reglas del juego para que así los ricos puedan seguir siendo ricos sin tener que compartir con los pobres, gracias a los cuales se han hecho ricos. La riqueza ni se crea ni se destruye, solo se redistribuye. Hay ricos porque hay pobres y hay pobres porque hay ricos.

Yo pienso que el concepto de centralismo, en sentido despectivo, es una herencia de los cuarenta años de dictadura; así lo entienden y así lo venden quienes padecieron una discriminación cultural y con rencor anteponen las ideologías arcaicas a las necesidades reales de unión como única forma de solidaridad. Pero hay que reconocer que hoy día ese concepto de centralismo es solo marchamo de racionalidad, de economía y de racionalización de recursos. En las grandes empresas hay siempre una central de compras, una central de formación, de gestión, de todo, porque es lo más racional. Aquí nosotros hacemos cierto el dicho “divide y vencerás” y así nos va.

En Estados como el francés, la centralización de la gestión, de la economía o de la política es el fin buscado y conseguido, aportando muchas mejoras y muy pocos perjuicios. Para ellos el centralismo no es sinónimo de fascismo ni de dictadura; es sinónimo de fraternidad y de igualdad para garantizar la libertad.

Aquí no hay que seguir defendiendo la división, que es lo que merma fuerza, reduce posibilidades y favorece la manipulación. Para ser fuertes hay que estar unidos, hay que hacerlo por solidaridad, para poder luchar contra los males que nos aquejan y para poder ser fuertes contra quienes nos agreden.

Si los catalanes y los vasco-navarros se independizaran, de sus excedentes económicos solo se beneficiarían ellos mismos, y por ende, los que ahora se benefician de ellos, nosotros, perderíamos calidad de vida, e incluso, podrían llegar muchos ciudadanos de otros territorios a la exclusión social. Dejarían de ser solidarios para empezar a ser egoístas.

Lo siento pero sigo pensando que no se debe ser egoísta, individualista ni insolidario si se es de izquierdas. Que la derecha económica sueñe con la independencia sí es lógico. Ellos son los únicos que ganarían porque la única ventaja de la secesión es la de dejar de enviar al resto del Estado las plusvalías generadas por todos y de esta forma ganar ellos más dinero.

Lo siento pero no se puede ser independentista y de izquierdas. Son cosas incompatibles simplemente por definición. A los pobres de Catalunya o de Euskalerria, la independencia no les sacará de pobres y a los ricos sí los hará mucho más ricos. La riqueza ni se crea ni se destruye, tan solo cambia de bolsillo. Si no va a Madrid para ser redistribuido entre las regiones más pobres, pasará a los bolsillos de las familias más ricas de Catalunya y de Euskalerria. ¿O es que en Cataluya atarán los perros con longanizas?

Seamos serios: formar parte de España no es una desgracia, no les hace sufrir una crisis que no es la suya, porque la crisis no es de nadie, o mejor dicho, es del capitalismo y no de los ciudadanos, catalanes o manchegos. Los catalanes y vasco-navarros son tan responsables, como los demás, de la mala gestión realizada por los diferentes gobiernos, que ellos también han votado ¿No? De conseguir la independencia ¿superarían esta crisis que es internacional? ¿Serían capaces de mejorar el nivel de vida individual de cada ciudadano? ¿Se redistribuiría mejor el beneficio económico entre los ciudadanos catalanes, o entre los empresarios catalanes? Compartir los recursos con el resto de seres humanos más desfavorecidos de Castilla o Andalucía ¿es sentirse expoliado?

Lo siento pero yo si soy de izquierdas y para lo único que quiero la autonomía es para proteger y engrandecer la cultura propia de cada territorio, no para marcar más diferencias de las que ya hay, más profundas y más injustas.

No caigamos en el engaño, ni el centralismo es de derechas ni el independentismo es de izquierdas. Hoy día es al revés. El centralismo es lo más práctico y la independencia solo beneficia a los pocos oligarcas, economías individuales y, en definitiva, a los ricos y políticos. Pero que no se engañen, los políticos, en vez de ser parlamentarios de un Estado plural, lo serán de micro territorios monocromáticos, y eso no los hará ni mejores ni más honestos ni más serios; seguirán siendo egoístas, falsos y mezquinos, como poco.

Los catalanes independientes serán más ricos globalmente, seguro, pero el resto de los españoles seremos más pobres individualmente, seguro también. Eso no es ser de izquierdas.

Abrazos de quien sufre como tú las injusticias de una sociedad impropia, pero que sufre más por las injusticias que padecen, incluso aumentadas, los que menos pueden defenderse y por ello a los que más debemos proteger y ayudar.