Así no hay manera (2ª parte)

Por Antefaz

A veces en lo que se tiene sedimentado, la imaginación no quiere o no recae en escarbar para metamorfearlo. Esto viene a cuento de que entre las no encontradas soluciones realmente eficaces, conversaciones de barra de bar, he oído que daban una salida que influiría de modo notable sobre la recuperación de la actividad productiva, la cual arrastra a las otras; y era que había que PROTEGER LA PRODUCCIÓN INTERNA. Claro que si esto se lleva a extremos motivaría que tildasen al país de autarquía y cerrazón ante la apertura y libertad de mercado dentro de la Unión Europea y fuera. Es fácil imaginar, por ejemplo, en el calzado, que si la gran eclosión del uso cotidiano del zapato deportivo, servido en una enormidad desde el extranjero, la gran demanda habida y que hay fuera ofertada por empresas nacionales hubiera ocupado gran cantidad de mano de obra, y dela misma manera se podría hacer un repaso de los bienes producidos e importados que aquí se podrían fabricar.

Otra solución de tertulia es que puesto que en el funcionariado fijo no se produce paro, se podría hacer una pregunta aparentemente simplona, ¿por qué no hacer a todes les trabajadores funcionares fijes?. Si se le sigue el hilo se llega al ovillo en el que se encontraría un cambio profundo de Sistema, para llegar a Disposiciones revolucionarias  teniendo como clave y eje el proporcionar trabajo a todes, repartir la pizza comunitaria.

 

Los modelos políticos de los Estados considerados más avanzados y democráticos, tratan no solo de estabilizar los poderes, sino también en mayor o menor medida según los regímenes compensar los desajustes sociales y en el extremo atender las necesidades básicas de los grupos de población más depauperados. Pero sin modificar el modelo ideológico del libre mercado de las fuerzas de explotación brutal y del helador empleo laboral basado en la oferta y la demanda (aún con leves correcciones), en producir - consumir manteniendo este tándem en un equilibrio pero por el imperativo de la competencia y la expansión , cada vez más desaforado. El pensamiento liberal para su argumentación toma el todo por la parte, una exacerbación de la libertad, la cual es un principio connatural del ser humano y de sano ejercicio, pero es de justicia desde que el hombre es persona, tener una base firme que mantenga los pilares del desarrollo de su propia libertad…pero el sistema liberal de montaje se resiste a ser constreñido ayudado por los efectos correctores que proporciona la caridad y la beneficencia.

Así que los regímenes de centro y alrededores próximos, de los países llamados más desarrollados mantienen en el pueblo un moderado estado del bienestar instrumentando una acción social en algunos casos cubriendo con el manto protector totalmente, pero en otros de forma ligera, solo paliativa, de urgencia, remendada en parte (por muy perfecto que

quiera ser ese sistema siempre quedarán situaciones marginales) por la  conmiseración, la caridad religiosa y la atención humanitaria; pero en el momento que se descompensa a la baja el equilibrio (producción - consumo), algo más que probable en un modelo propenso a la expansión indefinida, aparece la inestabilidad, que si es galopante cada día será más difícil recobrar la estabilidad sin cambiar el sistema.

 

Muy posiblemente, cuando el planeta esté tan depauperado, tan agotado de la explotación, y tan alteradas o destruidas sus constantes vitales. Cuando no dé más de sí a consecuencia de una explotación irreflexiva e irresponsable por acaparadora ambición desmedida e insolidaria.

Cuando el problema sea global, requerirá una solución global, y los supervivientes tendrán que ponerse forzosamente juntos para lograr sobrevivir y gobernar en común lo que quede de los medios de producción para repartir (justa y solidariamente) el trabajo y poder así acceder a lo que haya y se produzca.

 

Que lo lleven bien dentro de lo posible y no sea solo deseo

Antefaz