¿Es que no hay manera de que lleguen a un acuerdo?. Y la cosa es que llegan de palabra y de papel a asentir todes que la reina de las fiestas es la que es ante los medios de comunicación; pero luego a la menor duda de algún detalle que no ha quedado meridianamente claro, se disparan los desacuerdos, y el cuento vuelve a empezar.
Y todo es por la figura de Reina y la de Abanderada (a párrafo pronto, se me ocurre que si las dos figuras estuvieran fundidas en una sola persona… solucionado).
Me han contado (sin ser cuento de hadas ni princesas) de la divergencia en el protocolo festero, que si una ha de entrar después o antes que la otra, ya que se trata de un acto de un tipo o de otro, y parece ser que el empecinamiento lleva al malestar, a la distancia, incluso a la dimisión y hasta al apartamiento. Con algo de imaginación dentro del sentido común, incluso con alguna pequeña cesión ¿no se puede consensuar una presencia en la que ninguna pierda su categoría?. Por ejemplo: si se trata de un acto, pongamos de homenaje a la Abanderada por las comparsas, y para darle más prestancia y no ir solo por su cuenta sino englobado en las Fiestas, se invita a la Reina; puede surgir ya la discrepancia si cada cual con su argumentación sostiene que la última en hacer la entrada ha de ser la suya (ya se empieza mal, al considerar la tuya y la mía, cuando hay una de todes), unes porque en ese acto la homenajeada es una y les otres porque estando la principal ha de presidir el acto. Y entonces la imaginación ¿no se pueden compaginar ambos deseos?: la Reina entra la primera y ocupa el lugar preeminente y desde allí preside el acto de entrada como última de la Abanderada.
Visto todo esto de las fiestas desde una posición de refilón, desde la irrupción de Moros y Cristianos en unas fiestas que eran de las calles (originales resultaban para los que no conocíamos ese folclore, ese compartimiento vecinal de calle en convivencia, esa sorpresa de cada año, etc.), la entrada de las comparsas con su brillantez y grandiosidad fueron ganando protagonismo (pero siempre considerando ser parte de la Fiesta, con lo que quedaron establecidas dos secciones: los grupos Festeros y la agrupación de Comparsas (no se si los nombro exactamente). Tradicionalmente (¿hasta que punto, tiempo y cicunstancias es genuina?) hay unas reinas de barrio y una reina Mayor, todas vestidas de manchegas [aquí habría que hacer un apartado en referencia a la interrogante anterior. ¿Qué es Almansa?, ha sido de la región murciana, está muy influenciado por el Levante castellano y embutida en comunidad Autónoma Castellano-Manchega. Manchega no se ve de lleno (la zona natural de la Mancha parece ser límite hasta Chinchilla, luego viene una zona marginal con distinta orografía para desembocar en un cambio más brusco desde el hito del puerto de Almansa. Al estar en un extremo de la provincia de Albacete (circunstancia de política organizativa territorial) y siendo su capital provincial el manchego Albacete, ella posiblemente (hago la observación de que no sé de esto) queda asignada de la misma condición de mancheguidad. Es una comarca la de aquí que no llega a tener (por no ser amplio el territorio) unas características tan propias y diferenciales que les constituyeran en región , sino en zona trasversal, de cruce, e influencia da por todas partes toma de todas y arraiga más o menos de cada una. Así que retomando adonde íbamos, el traje manchego en una zona castellana que no es la Mancha. Pero ¿eso es tan importante? ¿el hábito hace a la monja? ¡no!, pero crea al menos confusión, y vete a saber lo que hay debajo del hábito. La reina viste de manchega, lo mismo que sus damas, y desde que se sabe (supongo) ha sido así, y viene asociadas tradicionalmente a ser representativas de los grupo de calles. Al aparecer la Abanderada e ir acrecentando su importancia basada en el bum de las comparsas y ser su referencia más directa, así como la reina manchega lo es delas calles… ahí surjen las disensiones, los enfrentamientos aunque sean puntuales y no todes compartan, pero se se convierten (aunque sean tiquismiquis) en carne de cañón y alimento de programas y debates. Y aunque parezca una bobada el hábito tiene gran influencia (dos trajes tan diferentes no van a juego); así que con todo lo que voy a escribir puede parecer una “blasfemia” o “un sacrilegio”, cuando opine que lo que habría que hacer es que la Reina no ostentase el traje manchego sino que fuese vestida como de reina, en todas las presentaciones, visitas, acontecimientos en general, pudiendo llevar además de la consabida banda de Reina, otras distincionas que haga referencia a todas los colectivos relacionados con estas Fiestas, que hay o que se formaran, y en su Corte de Honor representación de los grupos y agrupaciones incluida (naturalmente) la Abanderada Mayor.
Ya solo con su nuevo hábito no se la ve de un color (o colores varipintos de procedencia manchega) sino de ninguno y de todes al tiempo, de gala, sin ni siquiera efecto visual que incline una correspondencia hacia un lado u otro.
Otra solución me comenta una persona muy experimentada y sabedora de estas Fiestas, de modo que se eliminarían elucubraciones estériles si no existiera la figura de Abanderada Mayor (sonará fuerte), pero que la única referencia directa en todo lo protocolario para todes sería la Reina.
Pienso que al no existir la figura de la Abanderada Mayor, las comparsas con su abanderada/do particular serían análogamente como cada calle con su dama o escudero de calle; y en la cúspide la Reina Mayor de todes.
Después de oírle, lo mejor, las dos cosas: sin Abanderada Mayor y la Reina Mayor vestida de reina, no de manchega.
Que no sea necesario estar haciendo siempre equilibrios representativos tan afinados (¿imposible evitar la prevalencia en todas las ocasiones?) en los carteles de Fiestas… recordemos el tandem manchego y comparsero afanado en hacer una gazpacho (¿o era paella?) común (la comida une mucho) o la media cara con rodetes portando en peineta medias lunas y cruces (todo tan medido).
La tradición también se conforma adaptándose al devenir de la historia y a las variaciones de calado, permaneciendo aquellos rasgos identitarios que el paso del tiempo no altera.
¿Cómo se elige la Reina?. Me dice persona versada en estos intrincados menesteres que ha habido diferentes modos, y que ahora (no aparecen candidatas) es a dedo por el Ayuntamiento, por convicción de quien reuna las mejores condiciones; pero ¿se forma una comisión para tal efecto? ¿cómo?; sería conveniente, para dilucidar en todos los posibles casos de elección, que se formase una comisión en la que se involucrasen las tres partes: Ayuntamiento representando a toda la población, festeros de calle y festeros de comparsa, representando estas dos últimas por ser personas implicadas y aplicadas directamente con la Fiesta.
Así la Reina nace del consenso o disenso pero democrático. Y elegida la nueva Reina, esta lo es de todes y preside todos los actos con naturalidad, sin dar lugar a apasionamientos identitarios.
El hábito no hace a la monja, pero ayuda a unir… y en ciertos casos a confundir.
Una reina que una, para que sin reserva alguna el grito sea unánime: ¡viva la Reina! ¡y su Corte! ¡y los festeros Callejeros, y las agrupaciones de Moros y Cristianos!.
Después de haber dicho posiblemente muchas tonterías por desconocimiento de los entresijos festeros; se despide un ciudadano que espera y desea que todes tengan unas Fiestas en felíz compañía y con el fortalecimiento que da la unidad, lograr unos objetivos específicos (cada cual desde su puesto) y juntos se consiga el mayor engrandecimiento común a todes debido.
Cordial
Antefaz
Vamos a ver: dices "en una fiestas que eran de calles", te informo que las calles surgieron en 1.975 (con el 50 aniv. de la coronación) y la 1ª comparsa mora en 1.976 -por tanto, solo un año más tradicionales son algunas calles-. Claro, me dirás que otros años anteriores ya se engalanaban algunas calles, pero eso no tuvo continuidad, lo mismo que tuvimos Fallas -que no nombras ¿intencionadamente?, y hubo una comparsa en los 60: Bereberes, todo ello sin continuidad. Por tanto hay que hablar desde 1.975. Lo que queda de antes, lo más tradicional, claro, la rifa de corderos, la procesión y las de tradición valenciana (como nuestra Pascua): la batalla de flores, la presentación de blanco, mascletás, castillos de fuegos, la ofrenda de flores (nada manchego, como vemos, aunque algunos se empeñana en llamarlo así, para diferenciarlo de los moros y cristianos). Lo mismo digo del mal llamdo traje de "manchega" en una ciudad no manchega como la nuestra. En realidad el traje fue impuesto por la sección femenina franquista, ya en los años 80, alguien se dio cuenta que la falda bordada, es la tradicional aquí (como en toda esta zona del Levante interior). Y en cuanto al masculino, es el mismo que se usa en la Magdalena castellonense y en las Ffallas (¿manchego verdad?) Fdo. A. Giner
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