Viene de (I)
2ª Parte
[Está frio y candente como el planeta, tal como se va viendo desde la calle la ejecución del proyecto Mercurio. Desde el helado pasotismo, la desafección, la indiferencia; hasta la atención, el interés y el caldeamiento. Las opiniones son tan variadas, que entrecruzándose tejen una red, a la hora de hilar puestos de venta, aparcamiento, comerciantes de arriba, de abajo, del exterior, etc.
El gobierno local tirando de arrestos y decisión, de ideas claras, de buscar y encontrar el bien común digan lo que digan las partes interesadas o en conflicto (siempre se argumenta como políticamente correcto que se ha hablado con los comerciantes del mercado; y si resulta que estos no están de acuerdo, ¿el gobierno ha de plegarse a sus deseos y entonces no se ejecuta aquello que beneficia a toda la ciudad?; hay que ir más allá de que se habla con unos o con otros como que se queda muy bien… como se queda bien es hablando claro está, tratando que no se quede peor su negocio (cuantas veces ha habido arrepentimientos de por qué no se habría hecho así… y además quienes son los que tienen un puesto que no es ni propiedad privada de ellos sino que son concesiones públicas sobre las que han pujado para esos puestos; queda muy bien,aparentemente, lo de hemos hablado con… pero se queda muy mal con el resto de la ciudadanía que podría disfrutar de algo mucho mejor.
Todo esto viene a cuento, como una ensoñación, de cómo podría haber quedado, si se hubiera llevado a efecto la idea que se tuvo de retirar lo viejo y antiguo (el valor artístico no parece que sea grande, incluso se podría haber conservado solo la menor parte de fachada que abarcara la entrada principal) y construir un pequeño gran supermercado, moderno, coqueto, eficiente, completo en diversidad de productos vendibles; tres o cuatro plantas con escaleras mecánicas, con bar-restaurante arriba, con dos sótanos de aparcamientos con ascensor para acceder cómodamente… una maravilla en el centro de la ciudad, como los hay en ciudades más o menos grandes].
Martínez, ilumina en puntillismo gris-blanco la prenavidad, se define como partidaria de que haya aparcamiento muy cerca del Mercado.
Carrión, que la convivencia es en lo peatonal (incrusta Millán que la plaza es peatonal) y que el que pasa en coche no compra, mientras que el peatón ve escaparates y se le puede ocurrir comprar [hay que tener en cuenta que aunque no sea peatonal, las calles tienen aceras]; que el aparcamiento es imprescindible y hay que acercarlo todo lo posible.
[Carrión había estado muy incisivo con Millán en lo de la c/ Ferrero, para ver si le sacaba la sinrazón, pero él no siguió moliendo, machacando, en algo en que se mostraba ella esquivadora y huidiza (hasta ahora). Quizá se corformaba él con el derroche que había hecho un Blanco clarificador].
Millán, no deja pasar sin decir que el partido Socialista pidió en su día que la c/Ferrero tuviese tráfico rodado [recuerda esto al y tú tanto como yo],; que ahora todos los comerciantes contentos aunque no lo dirán; quedan por adjudicar 5-6 plazas abajo y 19 arriba y la cafetería, srán 25 puestos de trabajo, lo cual es el fín último, la generación empleo en general.
¿¡Cómo es posible que no se hable todavía de donde se colocarán los puestos de fuera del Mercado!? [estaría en el guión para más tarde]. Hasta que Blanco, otra vez el clarificador, anuncia que espera, espera, que la venta ambulante no se coloque en la plaza Salvador Allende, que es maravillosa [¿así solo como está, ya está completada?, los espacios amplios ahí están bien, pero tan desnutridos…].
Esperan también de Millán que diga algo, y ella espera que les demás se mojen. A ver, a ver…]. A Martínez no sa ve segura de donde colocar los puestos habla del parkin, pero entre risas dice que no tiene ni idea de donde colocarlos.Carrión tiene dos ideas, lo que piensa solo por si mismo, que no es bueno que estén separados los de dentro con los de fuera, que si hubiera que separarlos los hubiera llevado un poquito más allá de donde estuvieron este verano, los hubiera metido en el recinto ferial [¡Ohhh!, ¿y si no hubiera que separarlos? nos quedamos sin saber donde los situaría]. Millán es de la opinión de que tienen que estar juntos, que van ha hace una encuesta en el colectivo interesado para conocer características que puedan determinar donde situarlos [se va, se va, … ¡venga dilo!, y se extiende más ymás… ¡vamos dilo!... ayyy ¡decepción!] y no suelta prenda dice que ya sea en la calle Salvador Allende, ya sea la c/ Ferrero, o ya veremos dondelos colocamos dependiendo del número de personas que lo soliciten [yaaa… pero os quedamos menos que ha medias, sin concreción y sin ponerse en los supuestos del número de puestos, no se adentra en como se haría según los casos y centra en cambio en la limpieza (cuando eso se consideraría en todos los casos…ayyy), tanto esperar pa casi “na”, que es menos que nada].
Blanco dice que los ambulantes no repercuten en el beneficio de la ciudad, que venden y se van [eso es para afinar, de lo que es materialmente la ciudad no, pero hacen un servicio que le viene bien a la ciudadanía y la prueba es que se les compra] y se enfila por lo de la limpieza y estar al día en el cumplimiento de los pagos.
Martínez, comienza con que a falta de saber la ubicación… y entra Millán conque la calle Ferrero lo establece la ordenanza… y adyacentes dependiendo del número de solicitudes que haya [¡un poquito más! yaaa era hora, parece que costaba soltarlo] y Martínez remata que apetezca comprar [lógico].
Carrión dice que hay que pensar las cosas despacio y pone pega a la uniformidad de los toldos por el coste si en otros sitos es diferente, aunque independiente mente a él le parezca bien, y no se le escapa decir que está deseando saber cómo se ubican los puestos en la c/ Ferrero [y a mucha gente], critica algunas detalles de cerrar y hundir al poco, semáforos, que hay muchas faltas, le llama la atención por qué han quitado las farolas y los bancos en la entrada del Regio.
Millán justifica los hechos y deshechos con que la ejecucion del proyecto no está terminada y que por lo del cableado son cosas que siempre pasan, que lo del largo paso de peatones está muy bien, que las calles están por rematar, bancos, papeleras, maceteros, etc. y en cuanto alas farolas dice que se ponen como las de las calles y le gustan más que las que había, que estas son más modernas, pro que para gustos los colores [con eso de los gustos y los colores se acaban las discusiones, pero a pié de calle a quienes han hablado de las farolas les parece de mejor gusto las de antes (si se hiciera una encuesta…Carrión aporta que de 10 personas preguntadas, a 2 le da lo mismo, a 8 les gusta más las de antes y de esas ocho 6 lo razonan); una opinión puede ser que no pegan nada que desentonan un tanto unas farolas modernas minimalistas, sin gracia con una fachada neoclásica (solo si acaso el parecido en el color con el fondo del panel donde se lee Teatro Regio), ¿no eran mucho más acordes, románticas, bohemias, especiales para una lugar especial, como si se engrandeciera el teatro hacia afuera y tuviera un vestíbulo en la calle, y no como una continuidad de paso simplemente? (que por cierto, en toda esa calle no se ve de ese estilo tan modernista más que un pivote que sale de una fachada, pero es que ni aunque fueran más de esas para la calle sería razón suficiente, pues para una entrada da más grandeza que sean distintas, más teatrales, de más brazos, llamativas de barroquismo); y ya de paso ¿qué hay de esos estupendos y hermosos bancos de sentarse, haciendo juego con las farolas antiguas, que había tan simétricamente situados y acojedores de posaderas?].
Al final agradecimientos, despedidas, deseos, y Carrión además seguía picoteando, lo que hubiera dado para otra sesión; pero más no, por ahora no, aaa cenaaar.
Tres grandes dudas quedaron por el espacio sideral, una apreciación:
1) ¿Dónde hubiera situado Carrión los puestos ambulantes?.
2) La no respuesta de Millán a la pregunta reiterada de Carrión de que si la c/Ferrero no es peatonal, qué sentido tiene que circulen vehículos solo para entrar en ella y volver a la c/Corredera y no haya aparcamientos.
3) Situando los puestos en la c/ Ferrero, cómo de establecería la mecánica en cuanto a la operatividad en entrada y salida de vehículos de los residentes, la carga y descarga de los puestos, pilotes, posición de los puestos, etc.); lo que transcurrió sin despegar el pico por Millán.
Apreciación en cuanto a la uniformidad de los puestos, en la que no se han levantado voz. ¿Por qué todos los toldos iguales? ¿no coharta un poco o mucho la libertad de mercado?.A un vendedor le puede gustar más un color, porque, por ejemplo, con tanto colorido que tienen las frutas y verduras quiere un color con un contraste complementario, agradable, ¿no es bueno ampliar la libertad hasta donde se pueda sin invadir la de otre?. ¿No sería una norma coercitiva solo porque se piense que queda más bonitouna apariencia uniforme?; entonces,por ejemplo, la c/ Rambla de la Mancha con un pavimento tan colorido? ¿dónde queda la uniformidad en las calles?. Para gusto los colores.
Como colofón: si hubiera habido una ma queta a exposición pública cercana al ciudadane se hubiera sabido y se sabría como iba a quedar, y además una información explicativa de los porqués; se hubiera evitado y se evitaría en gran parte tantas dudas, tantos coloquios y discusiones. Claro que entonces nos habríamos perdido tanta confrontación para disfrute de la ciudadanía, que entre otras se merece.
Se me fue de largo, se hablo mucho de la cosa y se quedó en “na”.
Atentamente
Perona
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