La energía fluye a chorro. Y hay que aprovecharla cuando fluye a chorro. Porque ese chorro de energía fluye cuando le da la gana, y aunque puedo abrir ese grifo del todo... no siempre sale con toda la presión deseada.
Llevo años jugando con ese flujo de energía que noto que atraviesa mi cuerpo a cada minuto del día. Lo necesito para funcionar, para estar sociable, creativo, enérgico. Especialm ente si estoy dando mis clases en el gimnasio, ya sean las 3 de la tarde y esté haciendo una clase de aqua-step, o sean las 8 y esté muriendo en la sala de spinning o en la de body-pump. Ahora mismo estoy en una hora muerta; son las seis y cuarto, y el susodicho chorro es un pequeño hilo que amenaza con convertirse en una simple gotera. ¿Por qué es así, si es lunes y ayer, Día del Señor, descansé?
Son muchos los factores que entran en juego. No hay una fórmula mágica y universal que funcione para todos, en todas las situaciones (si fuera así, la estarían vendiendo en las farmacias en formato cápsulas, en sobres, en pastillas, o para beber... o habría un libro que se erigiría como la Biblia de la energía corporal y mental... o quizás un folleto de instrucciones, yo qué sé). No me voy a parar a hablarles a ustedes de ayudantes como el café, el ginseng coreano, el Monster o la farlopa... Todos esos atajos pueden ayudar, sí (hay gente que consume algo de esto y le va bien), pero mi cuerpo está ya demasiado acostumbrado a los tres primeros (y el último no creo que sea la mejor idea para el día a día trabajando en un gimnasio). Puedo hablar más de esto en próximos posts...
Como decía, son muchas las variables con las que jugar, y muchas las variables que juegan contigo a tu pesar. Haré una lista de algunas de ellas: Cómo y cuánto he dormido; si me he alimentado bien en los últimos días; problemas y preocupaciones; si he reído (o sonreído) mucho o poco en las últimas horas; el cansancio físico que acumulo durante el día y la semana; la novedad o la monotonía que se presenta; las ganas de sorprender; la confianza en uno mismo; la paciencia; los líquidos que voy bebiendo; las vitaminas, los minerales, los electrolitos; las vibraciones positivas de la gente que me rodea; las vibraciones que soy capaz de emitir yo, de forma espontánea o premeditada; mi lenguaje corporal consciente e inconsciente; mi estado anímico (que a su vez, se ve afectado por todo lo anterior...). No es simple, son tantas y tantas variables las que deben estar correctas... De hecho, casi cualquier cosa que se me ocurra, puede influir en mi energía. Pero también te digo -y esto lo he experimentado muchas veces ya-, que el factor psicológico gana al físico, y que si estás motivado, ya puedes estar hecho una mierda físicamente, que puedes con todo.
¿Cómo motivarme, pues, ahora que estoy a medio gas, y que tengo que dar una deaquafitness seguida de una de body-pump, y ponerme delante de veinte personas que esperan que les mires, les pongas buena cara, les diviertas, les relajes... y a la vez les animes y les motives para esforzarse? Hablaría largo y tendido de todo esto... creo que a día de hoy ya podría escribir un libro. Pero no quiero cansarles a ustedes queridos lectores porque no es el lugar ni el momento. Simplemente diré que hay que encontrar la motivación como sea. Hay que sacarla de donde sea, para funcionar. Una de las principales causas de la desmotivación para hacer algo no es la falta de energía física, sino el tener la cabeza en otro lado.
Mi sugerencia principal, Nene (me lo digo a mí mismo porque ahora mismo necesito recordarlo) es que te centres en el momento presente, en que lo que estás haciendo ahora mismo sea perfecto. En que cada ejercicio que marcas, cada gesto que hagas para darte a entender, sea bello, elegante, marcado, claro, gracioso. Oh, sí Nene vamos, dámelo todo... Emplea movimientos afirmativos con la cabeza, disfruta de la música que estás poniendo y di un “yeaaah” de vez en cuando, cuando te salga (no lo fuerces). O lo que se te ocurra. Pero céntrate, porque la felicidad la da el momento presente, y nada más.
Lo he hecho mil veces. Sé que lo haré (la confianza es ya otro factor a mi favor... y mi habilidad para quitarle importancia a todo, también). Sé que me olvidaré de mis males y paranoias, porque tengo que darlo todo en otro conciert... digo, clase de aquagym, en mi versión más rockstar. Porque ese es mi estilo, me sienta bien, y veo que le sienta bien a los que me miran y sonríen.
Motivación. Vibraciones positivas. Risa. Aislar el momento presente. Vivirlo. Disfrutarlo. Por ahí se empieza (en el fitness, y en cualquier otra cosa). Al fin y al cabo, es como el sexo. Y sólo somos animales.
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