Y SEGUIMOS DE FIESTA. (29)

Por los difuntos Marqués de la Bragueta y Marquesa de la Braga.

Nuestros siempre adorados y queridos amigos terrícolas, seguimos festejando la llegada del gran Mandela, el hombre ejemplar que dignificó la condición humana. El bondadoso y heroico negro que pudo con sus enemigos, a los que él no tuvo por tales aunque lo maltrataran, lo injuriaran y lo encarcelaran.

Seguimos paseando por este inmenso Paraíso. La selva amazónica y todos los bosques de la Tierra son pura y llanamente lunares insignificantes al lado de lo que aquí tenemos para nuestro solaz. La belleza, la armonía y la placidez del entorno hacen que nos sintamos privilegiados y que tengamos que agradecer al Todopoderoso su magnanimidad.

Siguen el Coro y la Banda amenizando la fiesta en torno a Mandela. Cada vez interpretan melodías, sinfonías y cánticos distintos, tan deleitosos y sublimes que arrebatan y seducen a los millones de oyentes. Tanto el Coro como la Banda visten igual, no se diferencian en nada y cuando tocan y cantan lo hacen con tanta gracia y sapiencia que nos dejan embobados.

En uno de los recesos tomó la palabra un viejo gitano, Ceferino Giménez Malla, al que en la Tierra apodaban “EL Pelé”. Fue el primero de esta etnia en llegar al Paraíso. Murió fusilado en Barbastro, con el Rosario en las manos, por su FE, en 1937.

Habló durante mes y medio sobre la fe y el Todopoderoso. Por su fe murió y por su fe se encuentra en este maravilloso lugar. Y lo mismo que él, hay hombres y mujeres de distintas razas a los que sus creencias y su loable vida los elevaron a la Gloria Celestial.

A su lado se hallaba Juana de Arco, la heroína francesa quemada en una hoguera por no renegar de su fe. Y Albert Einstein, el que fuera gran físico, que en la Tierra dijo: La vida es muy corta para perder el tiempo odiando a alguien.

Este sabio supo más y mejor que nadie que el Universo está regido por unas leyes inmutables e inalterables desde el principio de los tiempos y que esas leyes obedecen a los designios de su Creador. Por eso dijo: Detrás de cada puerta que abre la ciencia aparece Dios. Solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida. Todos los pensamientos pertenecen al amor. El azar no existe, Dios no juega a los dados.

Estoy satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con el conocimiento, el sentido de la maravillosa estructura de la existencia. La religión sin la ciencia estaría ciega y la ciencia sin religión estaría coja. Dios es sofisticado, pero no malévolo.

Acto seguido habló un hombre feo y delgado, pero sonriente. Era el que fuera jesuita Vicente Ferrer; otro paradigma de la dignidad, de la solidaridad, de la fraternidad, del amor al prójimo, que dijo: La acción une a los hombres, las ideologías suelen separarlos.

Dios es el corazón del mundo. Lo importante es hacer el bien. La pobreza no está solo para entenderla sino también para solucionarla. Cuando ayudas al que lo necesita, nunca te equivocas. Dios ha pensado en el hombre desde el Big Bang. El futuro es infinito y la evolución del hombre es infinita también. Acabamos de nacer, prácticamente.

Como en este lugar no cuenta el tiempo ni tenemos necesidades de ningún tipo, nos sentamos y escuchamos, tanto a los oradores como a la Banda y al Coro, y se alejan totalmente las ideas, solo miras y escuchas, con las manos entrelazadas.

Miramos a un lado y a otro y vemos a seres que fueron muy conocidos y afamados en la Tierra, sentados, escuchando y riendo. En su faz se ven reflejados la bondad, la generosidad, el amor al prójimo. Vemos a Teresa de Jesús, a Juan de la Cruz, a Ignacio de Loyola, a Teresa de Lisieux y a su hermana Rosa, a Agustín y a Tomás, a Noé, a Rabindranaz Tagore, a Fleming, al Bizco Pardales, a la Tuerta la Hornillera, a Pochico el Jabonero, al tuerto Mantecas…..     

En uno de los descanso vimos como se abrazaban doce jóvenes guardias civiles con otros centenares de víctimas de la maldad etarra; ancianos, niños y mujeres a las que se les había arrebatado el supremo don de la vida por unos seres  maléficos que, unos ya y otros que llegarán, tienen asegurada una celda en el horroroso infierno.

Pero siempre los puedes ver alegres, riendo y sin que denoten odio hacia quienes fueron sus verdugos. LA BONDAD Y LA GENEROSIDAD DE LA QUE HACEN GALA NOS ALIMENTA Y NOS ENORGULLECE.