CHOCHOS, PIJOS Y PESPUNTES. (33)

-El artículo que va a ver puede incluir contenido sólo apto para adultos

¡QUÉ BUENA GENTE QUE SOIS! MIS ADORADOS LECTORES. SOIS LA LEVADURA QUE NECESITO PARA QUE MI BOCHA SIGA SACANDO A LA LUZ TANTO VERSO CACHONDO, SIMPÁTICO Y, A VECES, DESVERGONZADO PARA ALGUNOS, PORQUE PARA OTROS SON LA FLOR DE LA POESÍA SALEROSA.
CADA DÍA HAY MÁS GENTE QUE RECONOCE MI CONTRIBUCIÓN A LA CULTURA, Y CADA DÍA APARECEN MÁS TONTOS, MEMOS Y BOBOS QUE SE ESCANDALIZAN CUANDO ME LEEN.
PARA ESTOS NO ME QUEDA MÁS REMEDIO QUE MANDARLOS A QUE LES DEN POR DONDE GOTEAN LOS BOTIJOS DE BAILÉN. SON UNOS AMARGADOS, SIMPLONES Y HASTA MARICONES. ESTARÍAN MEJOR CHUPÁNDOLE LA POLLA AL BIZCO DE CAPAGRANA.
Y SÉ QUE LES VA A JODER QUE DIGA QUE HE SIDO NOMBRADO ALCARABANERO MAYOR DE LA COFRADÍA DE LA PIPIRRANA. CONSERJE ENJARETADO DE LA COMPARSA DEL SALITRE DULCE; HIJO PRIMORDIAL DE LA HERMANDAD DEL SOMBRERO TIBETANO, Y TORILERO ABROCHADO DE LA FILÁ DE LOS CABRONES ESCOCIOS.

CHOCHOS, PIJOS Y PESPUNTES. (33)

Por el Marqués de la Bragueta.

¡Santa Chocha de la Picha, Patrona de Fa Mayor! Si follo con el condón me produce poca dicha. En el pueblo donde habito hay muy pocos maricones, son la mayoría hombretones que presumen de su pito. En las Fiestas Patronales el Alcalde convocó el concurso del Pollón para adultos y chavales. Había que tener el pijo de la largura de un combro y dos causaron asombro que eran de un padre y su hijo. Para conseguir medirlos tenían que estar empalmados pero fueron empinados y así pudieron tallarlos. Las hijas del Padre Cura fueron las dos encargadas de hacerles sendas mamadas para ponérselas duras. Y una vez el nabo estuvo mirando al cielo estrellado el Juez, que estaba asombrado, la respiración contuvo. El del buen padre midió, sin el bolo, veinticinco, y el del hijo treinta y cinco. Y éste el concurso ganó. Era tal la expectación que en el hermoso salón no cabía ni un alfiler y las nenas de buen ver formaron un pelotón. Cuando le vieron el pijo al chaval que había ganado se pusieron a su lado, con el chumino mojado, y le pidieron un hijo. El chaval las fue mirando y escogió a seis jovencitas, tres rubias, tres morenitas, y a todas las fue follando. Estuvo algo más de un año follando a pajera abierta, una nena cada día, con la semana cubierta. Pero a ninguna preñó pues se ponía una capucha que le cubría la chucha y que se llama condón. Pero entre las seis había dos que eran preferidas, las hijas del Padre Cura porque las dos le hacían unas mamadas de altura.

Cogió fama el chavalote por su pijo y sus modales ya que eran sus avales para hacer el saca y mete. Cuando el concurso ganó ya tenía los dieciocho, comenzó a usar el tocho y a más de cien se folló. Lo llamaron a la mili marchando a su Regimiento y año y medio su instrumento estuvo que arsa pilili. Le llegó el licenciamiento y a su pueblo regresó, y al llegar ya comenzó a buscar apareamiento. Las seis que se había follado ya estaban todas casadas pero estaban mal folladas, con el chumino oxidado. De las seis había dos casadas con dos babosos, zascandiles y patosos, a cual de los dos peor. Cuando las nenas supieron que había vuelto el del pollón cada una lo buscó y al dormitorio se fueron. Seis polvos a cada una les echaba a la semana y les lamía la peana aunque estuviera en ayunas. Pero ellos no sospecharon que en su frente había pitones porque no tenían cojones y muy poco fornicaron. En el pueblo se sabía que el del pollón las follaba cuando el marido se hallaba trabajando en la alquería. Pero suele acontecer, y de hecho así sucede, que el que folla mucho puede que le haga un churumbel. Las dos quedaron preñadas y justo a los nueves meses dos chavalotes parieron sanotes y sin reveses. Los maridos de ambas dos eran chatos y morenos y los nenes que nacieron estaban de pecas llenos, rubios como el del pollón y nariz de pico cuervo. Valla tela del telón las dos follaron a manta con el rubio narigón.