SIGUEN LOS FESTEJOS PARA DAR LA BIENVENIDA A ALMAS PURAS. (33)

Por los difuntos Marqués de la Bragueta y Marquesa de la Braga.

Nuestro siempre amados y recordados amigos terrícolas. No es necesario seguir diciendo que los festejos por la llegada de almas nobles y generosas se siguen celebrando. No hay intervalos para homenajear a tantos miles de hombres y mujeres como van llegando cada momento a este Paraíso.

Camines por donde camines te vas encontrando grupos numerosos de almas radiantes de alegría, de gozo, que canta y ríen al compás de la Banda y del Coro, que siguen interpretando maravillosas melodías, sinfonías, aleluyas y cánticos celestiales. Al Coro se ha unido la niña Iraila La Torre, llegada recientemente y que ya ocupa su lugar entre las maravillosas voces.

La placidez, el sosiego y la dicha que aquí se vive no es posible cuantificarlas. ¡Ay! Si en la Tierra supieran lo que es este Paraíso estamos seguros que no habría guerras, ni asesinatos, ni violaciones, ni latrocinio, ni envidias, ni hipocresía y que sería la antesala del Cielo. Pero sabemos que eso no es posible por la inopia del hombre, por su nefasta egolatría y la ignorancia del AMOR AL PRÓJIMO.

Vimos a Haruki Murakami al lado de José Saramago hablando para la multitud; el primero decía: Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales. El Premio Nobel portugués dijo: ¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte  y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?

Muy cerca de estos dos vimos a Jorge Luis Borges que les decía a una multitud de almas: La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene. Y a su lado Ernesto Sábato hablaba así: La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.

En otro momento escuchamos al Poeta y Premio Nobel Pablo Neruda, que se expresaba así: Sufre más aquel que espera siempre que aquel que nunca espera a nadie.  A su costado, William Shakespeare decía: Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero. Junto a ellos hablaba Jean Jacques Rousseau, que decía: El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe.

Queridos amigos, escuchar a estos seres nos reconforta y nos enorgullece y si encima los oyes mientras la Banda y el Coro siguen interpretando música celestial, nos hace sentir alegría y gozo extremos. Los que un día llegaréis a este Paraíso no os sorprenderá lo que aquí vais a disfrutar porque ya conocéis algo por nosotros. Es por eso que os animamos a ser siempre honrados, caballerosos, gentiles, amables, sinceros, solidarios, generosos y humildes.

Miguel de Cervantes, rodeado de una inmensa multitud, decía: Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso. La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua. Cada uno es como Dios lo hizo, y aún peor muchas veces. Y junto a él, Nadine Gordimer comentaba: La verdad no siempre es bonita, pero el hambre de ella sí.

Hay muchos espacios en este Paraíso poblados de árboles hermosos,  arbustos y floresta que perfuman y embellecen el entorno. Nos tendemos sobre el césped, apoyando las espaldas sobre un árbol, y nos dedicamos a acariciarnos y escuchar a oradores anónimos, totalmente desconocidos para nosotros, que ignoramos cuando llegaron a este sin par lugar.

Escuchamos a uno de ellos decir: Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana. La generosidad consiste en dar antes que se nos pida. El hombre es bueno cuando hace mejores a los otros. A nadie le duele la cabeza cuando consuela a otro.

Volvimos la cabeza para escuchar a otros, también desconocidos, que decían: Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que tus silencios. Es una locura amar, a no ser que se ame con locura. La amistad termina donde la desconfianza empieza. Las lágrimas derramadas son amargas pero más amargas son las que no se derraman. Cría a tus hijos y sabrás cuanto debes a tus padres.

Frente a nosotros, arropado por miles de almas, peroraba Octavio Paz diciendo: Dios existe. Y si no existe debería existir. Existe en cada uno de nosotros, como aspiración, como necesidad y, también como último fondo, intocable de nuestro ser.

Y de nuevo un grupo de almas, instaladas entre un espacio arbolado, hablaban de esta forma: Cuando señales con un dedo recuerda que los otros tres te señalan a ti. Castiga a los que te envidian haciéndoles el bien. La paciencia en un día de enojo evitará cien días de dolor. Aquel cuya figura le embellece es bueno, si lo desfigura es malo. No rompas el silencio si no es para mejorarlo.

Fue entonces cuando me levanté, cogido de la mano de mi esposa, y hablé así: LE DIJE AL ALMENDRO QUE ME HABLARA DE DIOS Y COMENZÓ A FLORECER.