Hay opiniones para todos los gustos,
pero es interesante que estén juntos; según
ella toda la ropa en plaza, que tiene mucha capacidad y continuar en c/ Ferrero
y si no hay actividad arriba llevar alguno arriba [¿] sino hay gente que ni
entra y los primeros perjudicados son los propios comerciantes del Mercado [ahí
está sagaz], y reprocha ¡qué no estas informada! ¡lo que estamos es más
informados que vosotros!.
Carrión, que lo de los trámites no lo
entiende, que desde el momento que se piensa en el proyecto Mercurio se tiene
que empezar a mover los papeles, que no sabe si la oposición le ha hecho alguna
observación; y salta Millán que ¡jamás!; y él, que antes que a la oposición, se
fije en los suyos que son incapaces de ver esas soluciones y tienen la
responsabilidad [o sea, nosotros mal pero vosotros peor]; que enfrente de los franciscanos se
ponen 7 u 8 y son 20 ¿dónde están los otros?; y Millán, “ahora mismo te lo
explico”; y Carrión, “vale luego me lo explicas”, que se hubiera hecho
todo el papeleo hace tres
años y el día de la inauguración todo resuelto. Por
lo de las calles peatonales, como se esperaba se aboca a la de Ferrero y le
espeta que es “la
barbaridad más grande de este mundo” [¡osperas!], pues como rodadura no tiene ningún sentido
el entrar por un sitio para salir por otro, que podría tener sentido haber dejado
aparcamiento para facilitar las cosas al que va a comprar, pero es que eso
tampoco se le ha dado, sino entrar por una esquina y salir por otra, que si no
se hubieran puesto los adornos-pedruscos sí que caben los puestos [en realidad
aparte de otras consideraciones, para los puestos no les quita tanto] y
engancha diciendo que damos soluciones, como quita las piedras, con las piedras
no se puede hacer nada [¡¿y nada más?!, ¿cómo la dejaría: peatonal, abierta al
tráfico con aparcamientos de zona azul ( y en el caso como señalaría las aceras)?;
y se va a lo de los intereses de los ciudadanos que citaba Almendros, conque la
gente acude al mercado y si pones dificultades la gente no va, al encontrar la
gente dificultades con los aparcamientos de la calle Nueva, la gente no va
allí. Toca otros puntos como que los de dentro abren todos cuando vienen los de
fuera porque venden, espacio de un puesto, lo absurdo de responsabilizar a la
oposición, que siguen moviendo las ubicaciones de un lado para otro; y Millán
que eso si que no es cierto; y barullito, sin conclusiones [mientras de atrás
se espera saber ¿va a ser peatonal o no peatonal la c/ Ferrero, después de
estudiarlo?]. Corta la presentadora oportunísimamente al atisbar que quedaba
colgado lo que estaría pensando el telespectador [pues ella lógicamente entre
sus funciones es ponerse en su caletre], e intentando aclarar se refiere a las
manifestaciones que hubo por quienes gobiernan respecto a que se pondrían
puestos en la plaza ciertos días y se estudiaría lo de peatonalizar la c/
Ferrero y si así fuera no harían falta los adornos-piedras [buena pregunta…a
ver, a ver…].
Y Millán, que efectivamente, los bancos de piedra son necesarios si es una calle de
rodadura y le echa en cara a Carrión con “parece mentira Bautista…” que
las normas de Circulación dice que tiene que haber elementos que impidan
invadir las aceras; y Carrión, como por ejemplo en la calle Virgen de Belén
[siempre esta comparativa, y tu qué…]; y que no son piedras y que se podría
haber hecho lo mismo en la otra calle [piedra o metal, en la práctica de lo que
se está tratando, lo mismo da] que impida a los coches entrar a la zona de las
aceras [esto lo dan por conocido por Norma, si está no fuera tan estricta ¿no
habría otras soluciones?, aunque si no se puede, es tontería suponer otras
formas de delimitar el trasiego de peatones, pero por imaginarlo por ejemplo
una acera de color verde con una línea separadora roja (colores bien visibles),
con un pequeño remonte o liso con la calzada de circulación más clara; con
tanto pedrusco para coercer la invasión de la acera ya no se puede en casos
puntuales con motivo justificado o con las debidas precauciones en algunos
momentos y casos especiales ocupar momentáneamente parte de la acera, y si se
abusa o si alguien coge mal hábito traspasando lo que no debe, multa a los
infractores para que no lo hagan y recriminación de los ciudadanes por el hecho
de serlo; los días de mercado sería peatonal quedando la calle más liberada de
dificultades; se podrían dejar unos cuantos bloques de los grandes como
bancos]; y Millán, en el uso de la palabra, se remonta a que se barajaron
distintas situaciones, que no han cambiado la ubicación aterrizando
en que la plaza no tiene
capacidad suficiente para las frutas y verduras, que en la plaza solo caben
cinco, y pregunta qué hacemos con el resto de los quince; y Almendros ¡ojo
avizor!, dice que la dejen y vera como caben más de cinco [cuesta entender que
no quepan más de cinco acordándose cuantos ponían antes de la obra, ¿es por los
bancos que han puesto que no ocupan tanto?, por cierto esos bancos cuando hay
mercado que es cuando pueden tener más utilidad para descansar quedan en gran
parte inútiles] [¿y por qué no las frutas y verduras en la plaza? ¿cuántos han
cabido?; es que ahora ves esa plaza con cinco puestos y se la ve medio vacía
respecto a como se veía antes]; y Millán que no han cambiado [a su marcha] que
están según los planos de hace seis meses; y se va a horarios de guardería y
terraza como todo medido y que no hay problemas. Mas vuelve a la plaza y
refiriéndose a que Almendros se refiere a la ropa, dice que los 35 no caben, y
que las frutas y verduras los 20 no caben en la plaza; y Almendros que lo
estudien conjuntamente; Millán en su recorrido se va a las piedras, no dándoles
importancia según dice que los comerciantes, dependiendo a quien se pregunte,
están bien ahí y la mayoría querían que se hicieran las obras. (sigue en III)
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