En Código Actualidad de Tv Almansa (12 - 2 - 14). ¡Cuánto cuesta que desembuchen! Pero cuando se calientan... (III)

(viene de II)

Muy oportuna la presentadora que no olvida, que después de dejarla explayarse, y la pone de manifiesto que se sepa con respuesta directa, que si entonces se descarta que la c/ Ferrero sea peatonal;  y Millán, que sí, que se descarta [aah, por fin].

Entre Almendros y Millán, con lo de que hay que impulsar el mercado donde se oye a la segunda que además de la clientela que ya tienen hay que coger a un nuevo perfil de cliente, que además van a abrir por la tarde los Jueves y los Viernes, y que van ha hacer labores de promoción [¿con eso…?]. Almendros duda de que los 19 puestos de arriba cuando se adjudiquen resistan  más de seis meses o más de un año; irrumpe Millán conque ella no es tan derrotista como Almendros, y le endosa que ese mensaje que está trasladando es muy malo, (mientras se oye por lo bajini a Millán lamentaciones

declinadas)  [de Almendros se podría esperar en su decir: ¡pero bueno!, ¿decir lo que una piensa es ser derrotista? ¿o es mejor engañarse así mismo…]; y Almendros lo que hace es ir negando lo que iba diciendo Millán del derrotismo y dice que eso no quita que ojalá les que les vaya bien a los comerciantes y contraatacando mete que mucha de la culpa la tenéis vosotros desde que os habéis cargado 120 plazas de aparcamiento [me parece que la culpa de fondo no la tienen ninguna de ellas, sino la evolución de los modas de comprar y si acaso la culpa  es de todes les que no han querido por varias partes o motivos no haber, no solo renovado, sino haber cambiado radicalmente esa estructura mercantil y haberla echo verdaderamente competidora con un mercado de nueva planta verdaderamente moderno y proporcionando las buenas características que ya tiene de una atención directa y cercana utilizar muchas de las nuevas “armas” que utilizan los supermercados más modernos que se van imponiendo, para verdaderamente competir… así que ya por echarse la culpa unes a otres...].

Al fin retomando la palabra Almendros dice que están con lo peatonal pero en su justa medida, que no se pueden comparar con ciudades grandes, que el daño más grande del proyecto Mercurio es que no haya aparcamiento en muchos metros a la redonda (discusión sobre lo que es cerca o lejos del parking, y con los melones encima), continúa conque muchos comerciantes de la zona dicen que les ha bajado el negocio. Vuelve a la plaza sesafiando que hay espacio y duda que resistan los puestos de arriba [está perspicaz, esta opinión no parece que dé lugar a decir que es malo que es atacar…; pues a los ambulantes da la impresión que les gusta estar en la calle, donde hay más movimiento, y más ahora que lo habrán experimentado, a ver quien prefiere montarlo arriba]  y remata Almendros crecida, con que sois unos fantasiosos que no reconocéis los errores.

Carrión dice que está convencido que poniendo aceras normales del pueblo costaría menos dinero que los bloques y más sitio [fuerte apuesta, que desbarataría todo el blocaje pétreo]

[Hablan y hablan y el entretenido observador va sacando conclusiones, pero se queda con el regusto (que no morbo) de no saber que si la calle Ferrero, después del estudio que dijeron, no va a ser peatonal, las razones lo motivaron, y tampoco sale de la duda alargada de para qué sirve que se pueda circular para salir de la calle Corredera y al poco desembocar en ella, al no poder siquiera aparcar por la ingente cantidad de piedras bolarqueñas (algo en lo que incidía repetidamente Carrión; quien ¿porqué no “machacó” más si no encontraba respuesta tajante? Lo cierto es que lo había intentado en otro debate también, peroya que no se desataba el nudo, pudo haber dejado en el ambiente algo como ¡”ya se ve que se improvisa al no querer dar razones a lo que pregunto, y además amenazo con preguntarlo otra vez más o más”!).

Otra sugerencia: ¿no sería mejor hacerla peatonal retirando entonces casi todas las piedras-adorno, dejando de trecho en trecho algunas de las más grandes que vendrían muy bien como bancos para sentarse; no es difícil imaginarse esa calle más despejada, con más holgura para que se coloquen los puestos de venta y que el público pudiera moverse mejor sin el riesgo de tropezar; además mucho más eficaz si por cualquier causa urgente hay que permitir el paso de algún vehículo (ambulancia, bomberos, etc)].

Lo que se oye y se ve en este tipo de programas, unas veces te llama a hacer comentario, y otras tirar de crónica.

El comentario es más cómodo, al ser más libre, no tan encajonado ni preciso, más abierto.

En la crónica hay que ajustarse a lo que dicen los contertulios, sin dejar de llegar ni pasarse, de equilibrar, y trasmitir lo más fielmente posible. Se hace más pesado y casi siempre más largo.

Otras veces es una combinación de ambas, crónica-comentario, como este escrito. (sigue en IV)