En Código Actualidad de Tv Almansa (22 - 1 - 2014). Flotando (I)

Desde una nube, contemplando un panorama educativo sostenible y próximo al ideal fantástico, es la sensación que queda después de espectar (esta me la invento) el programa de Código Actualidad de Tv Almansa (22 - 1 - 2014).

No hubo debate, era como un coro continuado en un escenario “angelical” en todos sus ángulos y composiciones. Eran frecuentes palabras amables o cultas como: amor, desprendimiento, ilusión, pasión, gratificante, felicidad; y motivación, implicación, estrategias, educación holística, humanista, nueva metodología, desarrollo integral, colaboración, interrelación, apoyos psicológico y terapéuticos, diferentes tipos de inteligencia.

Todo eso está muy bien, pero es quedarse vaporosamente en los albores de la utopía.

Ideas idílicas que se esfumaban al momento de decirlas, por la aquiescencia plena de les asistentes.

No se mencionó el informe Pisa, ni se oyó mismamente la palabra disciplina, ni autoridad ni  los esfuerzo en el estudio, ni voluntad por aprender.

Fue un diálogo muy teórico y de “habría que”, “habría que”, faltando las aplicaciones prácticas concisas de cómo actuar en supuestos y realidades problemáticas.

No hubo discrepancias, ni expusieron distintos modelos educativos. Lo cual es comprensible dada la generalidad y la ambigüedad que produce un tema tan amplio. Posiblemente hubieran surgido discordancias si lo tratado hubiera sido más concreto, más ajustado. Pues de entrada hay que decir que el tema quedaba descentrado por su amplitud y diferenciación, ya que al englobar colectivos  tan diferentes se distorsionan o se desvían para unos u otros las medidas correctoras. ¡Son tan distintas las características de unes alumnes comprendides [por unas alumnas comprendidas y unos alumnos comprendidos] en un tramo tan amplio, desde que entran por primera vez en una Escuela o Colegio hasta que salen de un Instituto de Secundaria, que no hace falta extenderse para considerar las grandes diferencias de desarrollo personal, de control y regulación de sus compromisos, del modo de ser y estar en el aula, de la capacidad comprensiva verbal, de la concentración en las explicaciones, del aguante físico y mental, del sentimiento de responsabilidad , etc., por lo que en cada caso se requiere un tratamiento pedagógico ajustado a tal variedad discente.

Hasta en los I.E.S. esa amplitud de años (aun no siendo mucha), trastoca el tratamiento conjunto,  pues los caracteres se disparan muy rápidamente y la personalidad con todo lo que lleva aparejada muestra grandes diferencias y  hasta contrastes, discrepancias e incompatibilidades.

Prosiguiendo en la velada por la senda educativa, se puede preguntar ¿dónde estaba la conexión con la realidad? ¿cómo llevar a la práctica esos valores para que se abran paso ante la realidad de las aulas?. Del dicho al hecho hay un gran trecho. Hubiera sido enriquecedor haber oído, qué herramientas emplear en casos concretos, tirarse desde el celaje (con paracaídas, claro es) y estar a ras de tierra para alcanzar los fines educativos deseados y propuestos.

También es fácil decir todo esto, y más complicado encontrar soluciones. Evidentemente hay muchas maneras de, según los casos, de darle la prescripción adecuada, y hubiera sido mucho más convincente el discurso si las propuestas y modos de actuación utilizando el significado y contenido de esas palabras o frases melifluas al tiempo que importantes, el dar a conocer cómo se arreglaría alguna situación preocupante actual en el contexto educativo.

A modo de ejemplo planteando un hecho tan corriente como básico – quizá el más común que se da hoy día – cual es la falta de estudio de los estudiantes y las “estudiantas”, el desinterés, el pasotismo, la pereza, para preparar (un caso) las clases del día siguiente por les alumnes. 

Continua en (II)