Viene de (I)
Si se echa a volar la imaginación en la II República fue presidente Azaña,
que había sido presidente del Gobierno, que al ser izquierdas no sería del
agrado de los conservadores y extrema derecha y ocurrió lo que ocurrió; ¿se ha
pensado que hubiera pasado si el jefe del Estado hubiera sido un rey sin mando
político, sin ideológica a ultranza por encima de su pensamiento intimo, solo
con el máximo mando militar para que en una situación extrema lo ejerciera y
parase la sublevación?... claro que de obedecer al mandato… pero aún dado un golpe
de Gobierno, el Estado sería el mismo, neutral, y podría conducir a unas nuevas
elecciones.
Lo que hizo la Monarquía anteriormente fue seguir con la tradición, con
mando político, y no adaptarse a los nuevos tiempos cuando se va imponiendo la
democracia. El error fue seguir metida en política y al lado de los
Conservadores y hasta con la Dictadura (así fueron cayendo muchas monarquías y
sin reaparecer desaparecer). La única manera de permanecer era desprenderse de
la tendencia política, situarse en otra dimensión, con unos cometidos (aparte
del mando militar) representativos, simbólicos, unificadores, moderadores,
arbitrales y pocos más aunque muy importantes.
Alfonso XIII tuvo que salir de España; su hijo D. Juan se daría cuenta en
el exilio de que la alineación partidista repercute en el pueblo, y que la
monarquía o se adapta o desaparece, así que con tanto tiempo para ver la
situación desde fuera D. Juan, ya su pensamiento se hace incompatible con
Franco, y este tampoco concuerda con él y no lo restablece en el trono. D. Juan
Carlos estaría influido en las dos direcciones y sentidos, difícil equilibrio
el del apego paternal y la posibilidad de ser elegido por Franco como sucesor
en la jefatura del Estado si acataba sus ideas. D. Juan en el interregno
comprendería que tenía que haber una ruptura con el pasado y modelar otra
monarquía, lo que trataría de imbuírselo a su hijo, y este metido en una
disyuntiva ¿qué podía hacer?: desde fuera poniéndose a la contra ¿cómo iba a
desalojar a Franco poseedor de todos los poderes?; desde dentro dejándose
llevar, heredar el poder, y con este realizar una profunda trasformación hasta
llegar a un cambio radical, adoptando España el régimen de una Monarquía
Parlamentaria.
Por pedir referéndum, ¿por qué no pedirlo sobre el modelo de Educación,
pública, concertada, privada, coexistencia de todas, etc; sobre la Sanidad
estatal, autonómica, estrictamente pública, convenida; sobre el modelo fiscal
orientado en un sentido u otro o intermedio; sobre el aborto; y tantas cuestiones
de interés general. ¿Por qué no una democracia más directa?
Vale, pero “antes de poner los bueyes a arrastrar el carro, hay que mirar
qué lleva este” (¡jo!, que frase me ha salido; que cada cual ponga
metafóricamente los bueyes y carro en el significado que considere oportuno).
Esto pide entonces examinar a fondo el contenido, hacer un análisis
específico, valorar las ventajas e inconvenientes… y con todo determinar si se
merece arrancar o no. Pues el conocimiento hace modificar las voluntades, y la
información precisa y ajustada al asunto, sin desperdicios ni dispersión, es
necesaria para tomar una decisión (por ejemplo: hablando con una persona de las
que no se alimentan con la prensa escrita todas las mañanas, y de estas son
multitud, asociaba la República con la izquierda y Monarquía con la derecha más
recalcitrante).
Cuando, repito, indistintamente en uno y otro régimen puede el pueblo
soberano decidir que haya un gobierno de izquierdas , de derechas, de centro,
de cualquiera de los dos extremos e incluso por omnipotente valor del voto
determinar una dictadura.
En las dos Repúblicas habidas en España, ¿había más, menos, igual
democracia, más, menos, igual libertad, que en la Monarquía Parlamentaria
actual? ¿en las Repúblicas europeas actuales, hay más sociedad del bienestar
que en las Monarquías Parlamentarias del mismo ámbito?
Las modas; ahora lo está el pedir referéndum. Por pedir que no quede, pero
de ahí a poder ejecutarlo va ni más ni menos, el tener la mayoría de
la población cuya referencia es la representación parlamentaria; y así
democráticamente, si se considera conveniente someterlo al pueblo soberano,
para un refrendo casi segurísimo puesto que procede de la iniciativa del grupo
o grupos gobernantes que representan a la mayoría de la ciudadanía y del
acuerdo o consenso por extensión a otros grupos políticos.
Sea como fuere es básico conocer qué se vota y qué disyuntiva existe.
La jefatura del Estado, en realidad tiene pocos cometidos, y de los que no
puede salirse al estar controlados por el Gobierno. Sin ser exhaustivo, se
pueden citar:
La de ser Árbitro y Moderador entre los Poderes del Estado, que cada uno
ocupe su lugar y haga sus funciones y con la mediación conseguir un
funcionamiento sin conflictos.
Símbolo del Estado (y para los que lo quieran de la Patria). Admitido
comúnmente por todo el pueblo que se sienta español.
¿Qué sentimiento produciría en alguien izquierdas o de derechas,
que el jefe del Estado que representase a todos, tuviera conocidas veleidades
izquierdista o derechistas respectivamente?
Hay que pararse y pensar, en ejemplos, como verían los de izquierdas a
Aznar como su Presidente, o a Zapatero los de derechas.
La gran cualidad, la mayor por sí misma y por derivar otras, es que al Rey
no se le asocie con ideología alguna, no se le coaligue con fuerza política, y
sí sea admitidor de cualquiera de ellas, pues es el pueblo al que se debe, y la
voluntad de este, en un sistema democrático, está por encima del Presidente
y del Rey.
Jefe supremo de las Fuerzas Armadas (aquí es donde verdaderamente manda).
¿Que supone este mando?, pues que en situaciones excepcionales tome el mando y
vele por el propio régimen Constitucional, por la prevalencia del
Estado de Derecho votado por el pueblo ante desviaciones forzadas (es aquí
donde toma su sentido, con la experiencia de la intentona de golpe de Estado y
poder pararlo ipso facto al revestirse de ese poder. La
imaginación vuela ¿qué hubiera pasado si en la II República hubiera habido un
Rey Parlamentario, jefe del Ejército?.
Dicho queda, no es para extenderse más, solo es algo que no se oye en
profundidad en los debates televisivos. Solo son unas reflexiones tratando de
ser ecuánime.
Y de remate, ¿por qué no se oye hablar de los gastos?. Habría que echar
cuentas y comparar lo que cuestan mantener los regímenes de ambas
modalidades.
Salud y cortesía
Lopiu de la Estepa
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